
Hugo Rafael Chávez Frías (28 de julio de 1954- 5 de marzo de 2013) apenas vivió 58 años, pero ese tiempo fue suficiente para entrar a la historia. No solo como político, jefe de Estado o militar de carrera, sino también como un ser humano excepcional, capaz de cantarles “las 40” a amigos o enemigos, o de narrar sin rubor su conocido episodio de la diarrea.
Ese, por cierto, se hizo famoso porque dibuja a una persona de carne y hueso que tuvo que aguantar “un cólico” en cadena nacional de radio y televisión, mientras estaba montado en un equipo pesado tratando de derribar una pared de un túnel del ferrocarril Caracas-Tuy; luego debió sortear a unos periodistas y camarógrafos que querían sus declaraciones, después a un grupo de obreros que le gritaban: “¡Chávez, Chávez!” y finalmente a unos enormes perros de raza.
“Salgo yo caminando apretadito y paso por el orificio que se abrió en la pared que dividía aún el túnel. Imagínense ustedes, uno con esas características fisiológicas, en la mitad de un túnel y en cadena nacional de radio y televisión. ¡El pobre Chávez! Paso toda aquella polvadera a ver qué consigo, aunque fuera una mata de monte por ahí cerca. Y lo que consigo al frente es como a 100 periodistas enfocándome, preguntándome. Yo con aquel casco puesto me decía: “Dios mío, trágame tierra, llévame de aquí”, contó entre risas el entonces presidente venezolano.
Si esa anécdota no bastara está la de febrero de 1992, cuando al frente de un grupo de militares sublevados expresó ante las cámaras, después de la rendición y del fracaso que “por ahora” los objetivos que se habían planteado no fueron logrados.
No menos célebre fue su intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en septiembre de 2006. Entonces se persignó en el estado y se atrevió a decir para referirse al presidente de Estados Unidos George W. Bush: “Ayer estuvo el diablo aquí en este mismo lugar. Huele a azufre todavía”. Algunos le criticaron esa “falta de diplomacia”, pero la frase le había salido del corazón.
JURAMENTO QUE ESTREMECIÓ
La naturalidad de ese ser humano nacido en Sabaneta de Barinas hace 70 años era asombrosa. Podía regañar a un ministro en público, recitar un poema y cantar en un acto o dejarse entrar en la boca una galleta que se estaba comiendo un niño.
Su carisma alcanzaba tal grado que hasta sus detractores decían que Chávez era un personaje diferente.
Es muy recordada, por ejemplo, la escena en la Asamblea Nacional, el 13 de enero de 2012 cuando le dijo a la entonces diputada de la derecha María Corina Machado: “Usted está fuera de ranking para debatir conmigo (…) Usted me llamó ladrón delante del país. No la voy a ofender, ¡aguila no caza moscas!”.
Por cierto, esa fecha marca el “récord mundial” de una intervención de un mandatario pues el Comandante rindió cuenta de su gestión durante más de nueve horas (unos dicen que faltaron 15 minutos para las 10 horas) y lo hizo cuando ya estaba enfermo de cáncer.
Pocos olvidan el momento en que asumó solemnemente como Jefe de Estado, el 2 de febrero de 1999. Entonces expresó ante un auditorio asombrado en el antiguo Congreso Nacional: “Juro delante de Dios, juro delante de la patria y juro delante de mi pueblo que sobre esta moribunda Constitución, haré cumplir e impulsaré las transformaciones democráticas necesarias para que la República tenga una carta magna adecuada a los nuevos tiempos”.
Él cumpliría con ese juramento, aunque tuvo que imponerse a una oposición que le declaró la guerra desde el primer instante de su presidencia.
También resultó célebre su polémica con el rey Juan Carlos, de España, quien en la Cumbre Iberoamerica de Santiago de Chile (2007) perdió los papeles y le dijo: ¿Por qué no te callas?
Chávez no lo escuchó, pero luego diría en un encendido discurso: “Se le olvidó al rey eso de que nosotros no somos sus súbditos (…) Hace 500 años se levantó un grito de rebeldía en esta tierra, no era en español, sino en nuestro idioma originario…y hace 500 años desde Madrid Imperial salió la orden, que se callen, y por qué no te callas, indio Guaicaipuro, cállate Tupac Amaru(…) Pero no los callaron sino cuando le cortaron la garganta, los descuartizaron, los picaron en pedazos y colocaron sus cabezas en estacas, ese fue el imperio español aquí (…) Ahora estamos en un renacer de la historia”.
INICIATIVAS ATREVIDAS
Graduado como licenciado en Ciencias y Artes Militares (7 de julio de 1975), Chávez fue profesor de soldados y también un gran maestro de la palabra, como lo probó en sus 378 programas de “Aló Presidente”, que revolucionó la comunicación política en la República Bolivariana de Venezuela pues lo mismo contestaba cartas, respondía llamadas en vivo, que invitaba personalidades de talla mundial.
Por Aló… pasaron su amigo Fidel Castro (primer invitado internacional, el 29 de octubre de 2000), Evo Morales, Daniel Ortega, el reverendo Jesse Jackson, los actores -también estadounidenses- Danny Glober y Sean Penn, el futbolista argentino Diego Armando Maradona y el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, entre otros.
El programa fue televisado cada domingo desde 255 puntos de Venezuela, también desde Guatemala, Brasil, República Dominicana, Argentina, Bolivia y Cuba, y gracias a él miles de venezolanos lograron saltar por encima de la burocracia y resolver problemas de vivienda, salud, eduación, etc.
Su interacción con el pueblo constituye un modelo. No casualmente ganó las elecciones de 1998, 2000, 2006 y 2012, aunque esta última ocasión no pudo asumir (enero de 2013) pues se encontraba atendiéndose su delicada salud en Cuba.
Lideró la iniciativa de añadir el término de “Bolivariana” al nombre de Venezuela (noviembre de 1999), la de incluir una octava estrella en .la bandera de la nación (marzo de 2006) y de exhumar (julio 2010) los restos de Simón Bolívar en el Panteón Nacional para certificar científicamente que pertenecían al Libertador y profundizar en las causas de su muerte.
UN GIGANTE
De unos 173 centímetros de estatura, segús sus biógrafos, Chávez se convirtió en un verdadero gigante, con defectos y virtudes. Fue capaz, en abril de 2012, en su estado natal de Barinas, de millones de televidentes, que lo vieron rodeado de su familia en una iglesia. “Dame tu corona Cristo, dámela, que yo sangro, dame tu cruz, cien cruces, pero dame vida, porque todavía me quedan cosas por hacer por este pueblo y por esta patria”, dijo visiblemente emocionado.
Como si fuera poco agregó: “Yo ahora no pude evitar las lágrimas cuando sentí la mano amorosa de mi madre y al mismo tiempo la mano de mi padre, las dos manos, una me sobaba por aquí y otra por aquí y dije: Dios, hace cuánto que no sentía estas dos manos al mismo tiempo”.
Hijo de los maestros Hugo de los Reyes Chávez y Elena Frías, batalló con todas sus fuerzas por la vida. Nunca olvidó a sus cinco hermanos, a sus padres o a sus hijos. Vencedor del golpe de Estado en su contra (abril de 2002), victorioso sobre el “paro petrolero (ocho meses después), Chávez se ha hecho referente para incontables personas en el mundo por esas y otras lecciones. Siempre abrazó la causa boliviariana, la integración y la independencia de Nuestra América.