
A la altura de sus 90 años Gilberto Antonio Rodríguez aún recuerda cómo fueron sus incursiones en los procesos eleccionarios cubanos de antes del triunfo revolucionario de 1959.
“Mañosos y poco creíbles –asegura- muy diferentes a este que hoy se hace aquí, fíjese que mi esposa Orfe y yo no podemos salir ya a la calle, por nuestros achaques, y nos mantuvieron al tanto de todo el proceso y de quiénes eran los propuestos.
“Ahora nos traen la boleta a la casa, custodiada por esta linda pionera, por una representante del Colegio electoral dos, de la circunscripción 76 y por Marlene, la presidente de nuestro Comité de Defensa de la Revolución número 3.
“Eso solo sucede en Cuba, porque la mano de la Revolución es muy, pero que muy larga y alcanza a todos. No imaginé poder participar así, con la mente clara, en otro proceso eleccionario”.
Para su compañera en la vida desde hace más de seis décadas, Orfelina Lambert Bouza, también de 90 años, es un honor poder votar por el Delegado, ese que va cuando hay problemas y los ayuda a resolverlos.
Ella habla muy bajito y hay algunos momentos en que pierde el hilo de la conversación, pero está clara de lo que hace al marcar la cruz por el más capaz, e intenta influir en su esposo para que haga igual elección a la de ella.

Elegir el mejor por su capacidad y fidelidad al pueblo es una guía muy acertada para los comicios de hoy, y en eso fundamenta su decisión la anciana Martha Matamoros, de 83 años y con serias limitaciones motoras, por problemas irreversibles en las rodillas.
Hasta ella llegaron representantes del Colegio Electoral dos, circunscripción 76, boleta en mano para que ejerciera su derecho al voto.
Sonriente las recibe, es una mujer de muy buen carácter, con un aval como dirigente de base de organizaciones de masa.
“Caramba qué bien –dice- vinieron hasta mi casa, adelante. ¿Dónde debo firmar? Ah, sí denme la boleta, voy a votar.
“Oigan, ustedes no soñaban ni nacer, pero antes esto no era así, pero mejor no hablo de esas cosas feas, para no echar a perder este momento especial. Bueno, tengo que decidirme entre Héctor y Bles, pero cualquiera de los dos sé que lo hará muy bien”.
Estos dos casos son solo una parte de los poco más de10 personas con discapacidades o ancianos encamados que deben ejercer el sufragio en el referido Colegio electoral, y que lo harán, sin dudas, porque el proyecto social cubano tiene presente cada detalle.
Las personas que no pueden asistir al colegio electoral pueden…
Las personas que no pueden asistir al colegio electoral pueden ejercer su derecho al voto, pues se les lleva la boleta a casa #PorCuba
Posted by La Demajagua on domingo, 26 de noviembre de 2017