Receptora el pasado 14 de julio de la inscripción oficial en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, tras una decisión del Comité del Patrimonio Mundial, es poseedora de un reconocido valor testimonial de la era colonial y pirata del siglo XVII.
El anuncio, convierte al «Conjunto arqueológico de Port Royal del siglo XVII» en el segundo sitio jamaiquino en recibir esta distinción.
La decisión destaca una arquitectura única y su conexión con eventos históricos de gran valor como su papel en el comercio transatlántico —incluida la trata de esclavos— y su destrucción casi total como resultado del terremoto de 1692, que hundió dos tercios de la ciudad bajo el mar.
Fundada por los españoles en 1494 y conquistada por Inglaterra en 1655, los documentos atestiguan que Port Royal se transformó en el epicentro de la piratería caribeña, pues aunque se encontraba bajo dominio británico, corsarios famosos como Henry Morgan, utilizaron las instalaciones portuarias para saquear ciudades en posesión de España en el Caribe.
Documentos de la época dibujan esta fortaleza con calles atestadas de tabernas y burdeles en las que según varios historiadores corsarios y autoridades gastaban fortunas en una sola noche.
La literatura reitera la referencia al destructivo terremoto de junio de 1692, al que siguió un tsunami que prácticamente destruyó la otrora ciudad, cuyos despojos y edificios semidestruidos se conservaron bajo el agua creando lo que historiadores califican como la «Pompeya del Caribe».
El reconocimiento de la Unesco llega justo cuando las autoridades de Jamaica reiteran su voluntad de convertir el pueblo pesquero actual —con menos de dos mil habitantes— en un destino turístico sostenible, aprovechando su aura pirata y los restos submarinos.
A pesar de todo, Port Royal enfrenta riesgos asociados a los efectos del cambio climático y el continuo saqueo de tesoros submarinos.
El sitio incluye seis fuertes y poco menos de un kilómetro cuadrado de ruinas submarinas, de una belleza única, motivo de inspiración de películas como «Piratas del Caribe» y videojuegos.
Mientras el mundo redescubre su legado, Port Royal merece la atención en la imprescindible razón de preservar la memoria de una nación y su historia.