
Venezuela advierte al mundo sobre una escalada militar sin precedentes de los Estados Unidos en aguas cercanas a su territorio. Este lunes el presidente Nicolás Maduro compareció ante la prensa internacional y alertó que ese despliegue de embarcaciones y misiles, bajo la falsa narrativa de la lucha contra el narcotráfico, socava la paz y la seguridad regionales.
Denunció además que la capacidad de Venezuela para superar las sanciones y el bloqueo, ahora Washington apela a la amenaza militar. “Ellos han querido avanzar hacia lo que llaman la máxima presión, en este caso es militar, y ante la máxima presión militar, nosotros hemos declarado la máxima preparación para la defensa de Venezuela”, expresó Maduro.
“Venezuela está enfrentando la más grande amenaza que se haya visto en nuestro continente en los últimos 100 años”, dijo el jefe de Estado. Las declaraciones llegan luego de que reportes de medios y declaraciones oficiales, al menos ocho buques de guerra de EE.UU. –entre ellos destructores, cruceros, buques de desembarco y un submarino nuclear– se encuentran operando o desplazándose en dirección al Caribe, en lo que el Gobierno venezolano considera un acto de provocación directa.
El primer mandatario Venezuela constituyen “una amenaza extravagante, injustificable, inmoral y absolutamente criminal, sangrienta”.
El ministro de Defensa venezolano, general en jefe Vladimir Padrino López, denunció que esta maniobra no tiene relación alguna con la supuesta lucha contra el narcotráfico, sino que constituye una acción de presión política y militar contra un país soberano. “A este flagelo se le enfrenta con políticas públicas coherentes y presencia territorial, no con portaaviones y submarinos”, declaró.
Padrino recordó que Venezuela no es productor de droga, ni zona de tránsito ni de procesamiento, como ha sido verificado por informes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Por el contrario, enfatizó que el 87% de la droga producida en América del Sur se origina en Colombia, Ecuador y Perú, y sale principalmente por la costa del Pacífico. A pesar de ello, Washington no ha desplegado ninguna flota en esas aguas, lo que revela una doble moral evidente.
El presidente Nicolás Maduro calificó este despliegue como un acto de desesperación del gobierno estadounidense ante el fracaso de sus estrategias de sanciones, bloqueo y aislamiento contra la Revolución Bolivariana. “Esta Revolución ha resistido más de mil medidas coercitivas. Nuestro sistema económico está en recuperación, fortalecido, y avanzando hacia la diversificación”, afirmó.
Maduro también denunció que lo que está ocurriendo es un regreso a la llamada “diplomacia de las cañoneras”, una estrategia imperial aplicada en el siglo XIX por Estados Unidos para forzar gobiernos a obedecer intereses foráneos, y que hoy revive bajo la lógica de la Doctrina Monroe.
“El Grupo de Lima desapareció. Los gobiernos que nos atacaban se han quedado aislados. Hoy tenemos relaciones sólidas con el nuevo mundo emergente y con los principales bloques de integración global”, añadió el mandatario, en referencia a los vínculos de Venezuela con países del BRICS y otras potencias emergentes.
El gobierno venezolano ha hecho un llamado a los pueblos y gobiernos de América Latina y el mundo a mantenerse alertas ante esta peligrosa provocación que, de escalar, podría desestabilizar no solo a Venezuela, sino a toda la región. Históricamente, un despliegue de esta magnitud no tiene precedentes en la historia reciente del continente, y constituye una grave amenaza a la paz regional.