Entre los días 16 y 17 de agosto de 1925, hace 100 años se funda en La Habana el Primer Partido Comunista de Cuba, organización fundamentada en los ideales del Partido Revolucionario Cubano creado por José Martí, con la misión principal de reivindicar a los obreros y campesinos del país.
Este partido fue sucesor del Partido Revolucionario Cubano y a su vez constituyó un antecedente de lo que es hoy el Partido Comunista de Cuba, que en la actualidad es la organización que constituye la fuerza política superior de la Sociedad y el Estado en nuestro país.
Uno de los primeros acuerdos de la reunión fue afiliar la nueva organización a la Tercera Internacional, fundada por Vladimir I. Lenin en 1919, y elaborar un programa de lucha que incluyera reivindicaciones obreras y campesinas, por los derechos de la mujer, la juventud y fortalecer el trabajo con los sindicatos y organizaciones estudiantiles.
También elaboraron un programa para el estudio y divulgación del marxismo- leninismo y el uso de la prensa obrera.
Desde su fundación, el primer Partido Comunista de Cuba sufrió la represión de gobierno de Gerardo Machado, motivo por el que pasó a la clandestinidad.
Sin embargo desde la clandestinidad, el Partido condenó la prórroga de poderes del presidente y la represión del gobierno machadista.
A partir de 1927, Rubén Martínez Villena deviene líder natural del movimiento comunista cubano, aunque nunca ocupara el cargo de secretario general, pues sólo fue miembro del Comité Central y asesor de la Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC).
El 20 de marzo de 1930 bajo la dirección de Rubén Martínez Villena, se realiza una huelga contra el régimen de Machado, la acción de mayor extensión realizada por los obreros cubanos.
No fue hasta el año 1938 que se pudo legalizar esta organización, con el nombre de Unión Revolucionaria Comunista. Como era de esperarse, el dictador Gerardo Machado, impuesto en la presidencia de la república desde el 20 de mayo de 1925, les salió al paso desatando sobre sus enemigos, la más cruel y brutal persecución, que envolvía a los sindicalistas, campesinos y comunistas.
En 1944 la organización pasa a llamarse Partido Socialista Popular, dirigido entonces por Blas Roca Calderío, Carlos Rafael Rodríguez y Lázaro Peña.
En los años de la tiranía de Fulgencio Batista (1952-1959) tuvieron que volver a la clandestinidad.
A partir de 1959, el triunfo revolucionario liderado por Fidel Castro favoreció la unión en 1961, de las agrupaciones políticas de izquierda con el Movimiento 26 de julio y el Directorio Revolucionario, en las Organizaciones Revolucionarias Integradas.
Esto sirvió de antecedente para constituir el Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba, que a partir de 1965 adoptó el nombre de Partido Comunista de Cuba cuando tiene lugar en La Habana una reunión en la que participaron una gran cantidad de secretarios generales de núcleos y se acordó que la organización tuviera ese nombre.
Igualmente se eligió su primer Comité Central y fueron igualmente elegidos Fidel, como Primer Secretario y Raúl como segundo Secretario, así como los integrantes del Buró Político y del Secretariado.
Además se aprobó la creación del periódico Granma, como órgano oficial del Comité Central del Partido.
Al concluir la cita partidista Fidel señaló … “Una nueva época surge por entero en la historia de nuestro país, una forma distinta de sociedad, un sistema distinto de gobierno; el gobierno de un partido, del partido de los trabajadores, integrado por los mejores trabajadores, formado con la participación plena de las masas, para poder decir con toda justificación y con toda razón que es la vanguardia de los trabajadores y que es la representación de los trabajadores en nuestra democracia obrera y revolucionaria”.
En la velada efectuada en el Teatro Lázaro Peña, el 22 de agosto de 1975, por el 50 aniversario del primer partido marxista-leninista de Cuba, Fidel afirmó:
“Éramos una república mediatizada, una posesión neocolonial de Estados Unidos; existía una ignominiosa Enmienda Platt, es decir, el derecho constitucional a la intervención por parte de Estados Unidos en Cuba. Hacía tres meses había sido elegido presidente de la República Gerardo Machado, con lo que se inició una de las épocas más sombrías de nuestra historia. El movimiento sindical, aun cuando tenía ya una tradición de huelgas y de lucha desde los primeros años de la seudorrepública, y expresaba el despertar de la conciencia combativa de nuestros obreros, no tenía todavía una orientación política. Los monopolios norteamericanos eran dueños del 70 por ciento de los centrales azucareros, las riquezas, la prensa, la universidad, las escuelas, el ejército, la policía, el parlamento, el poder judicial, los partidos políticos corrompidos; eran los dueños de la República.”
La labor del Partido Comunista de Cuba en el terreno de la ideología se fundamenta en la teoría marxista-leninista, en la prédica martiana y en las tradiciones de lucha del pueblo, en su experiencia histórica y la de los demás pueblos y naciones.
Una vez más se demostró que los sueños de libertad e independencia de los cubanos constituyen la expresión más representativa de los principios revolucionarios de cada hombre y mujer que hacen posible esta Revolución.