Prioridades granmenses en el 2022

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Por Juan Farrell Villa | 7 enero, 2022 |
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FOTO Luis Carlos Palacios Leyva

La producción de alimentos, la agroindustria azucarera y sus derivados, concentraron los esfuerzos principales en la provincia de Granma, como áreas clave de la estrategia económico-social en el impulso de la economía y el  enfrentamiento a la crisis mundial provocada por la Covid-19.

Terminó un año en que no obstante  las acciones emprendidas en los sectores agropecuario y cañero-azucarero, sus resultados distan del propósito de alcanzar mayores y variadas ofertas a la población, disminuir las importaciones y crecer en las exportaciones.

Reciente análisis acerca de la implementación de las 63 medidas para estimular la producción de alimentos,  corroboró que si bien debían impactar favorablemente, no ha sido así por falta de efectividad, desconocimiento y descontrol en su aplicación.

Aunque la campaña de siembra de primavera experimentó crecimientos y se pronostica similar ejecutoria para la de frío, cuando concluya en febrero próximo, es imprescindible plantar más y explotar  todas las áreas cultivables para multiplicar los volúmenes de alimentos con destinos a la población y a los animales.

Insuficiente resultó en la etapa la gestión en el programa de la ganadería con una alta mortalidad,  baja natalidad, elevado hurto y sacrificio de ganado mayor, deficiente contratación de la carne, la leche y    construcción de los módulos pecuarios con solo el 66 por ciento de los previstos.

El plan de siembra de la base alimentaria, que incluye pastos, otros forrajes y caña para el rescate de los bovinos, quedó por debajo de las necesidades y se erige en causa esencial  del deterioro de los mencionados indicadores.

Justo es destacar el ejemplo de la Vaquería 10, en la Unidad empresarial de base 26 de Julio, de la Empresa de genética y cría Comandante Manuel Fajardo Rivero, de Jiguaní, reconocida nacionalmente por su disponibilidad y uso de plantas forrajeras proteicas.

Mientras, continúa el desafío en el autoabastecimiento de las 30 libras de viandas y los cinco kilogramos de proteína animal per cápita mensualmente. En el caso de las viandas, se trata de garantizar plátano, boniato,  yuca y resolver la situación crítica por la que atraviesa el cultivo de la malanga.

Se ratifica que la producción agropecuaria es un asunto de mucha dedicación y sobre todo, de trabajo sostenido, porque de esta depende el volumen y la variedad en la mesa de la familia granmense, y la  garantía de la soberanía que tanto nos urge, frente al despiadado bloqueo económico, comercial y financiero norteamericano.

Avanzar en la reanimación gradual de la economía y racionalidad en los precios de productos y servicios, tiene que ocupar un espacio prioritario en el recién iniciado 2022, con énfasis en los que resultan más sensibles para la población.

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