
Sulaida Magdelín Ferrales Cover, directora de la Empresa productora de materiales de construcción (EPMC), en la provincia de Granma, declaró que entre las producciones actuales de esa entidad se encuentra el cemento de bajo carbono.
Arisleidis Sosa Puebla, directora de la Unidad Empresarial de Base de la EPMC en el municipio de Yara, valora como muy positiva la fabricación del novedoso aglutinante, empleado en localidad, fundamentalmente, en la erradicación de pisos de tierra.
El cemento de bajo carbono, formulación denominada LC3, fue desarrollada en conjunto por especialistas de la Universidad Central Marta Abreu, de Las Villas, y del Instituto Federal de Tecnología de Lausana, Suiza.
El LC3 permite sustituir hasta el 52 por ciento del clínker, materia principal de la cual se obtiene el cemento Porland, mediante la calcinación de caliza y arcilla a temperatura superior a los mil 350 grados Celsius, proceso caracterizado por el elevado consumo energético y contaminante del medio con carbono.
Especialistas en el tema aseguran que son varias las ventajas del cemento de bajo carbono, entre ellas que con cada saco de cemento P350 es posible elaborar dos de bajo carbono. Su uso también es muy diverso, pues al estar en un punto intermedio entre los cementos P350 y el P250, puede utilizarse en todos los revestimientos, fundición de bloques, celosías lavaderos, losas de piso, entre otras producciones.
La existencia de algunos molinos de bolas en buen estado en localidades de Granma, y ser tradicional en algunas de ellas la fabricación de ladrillos de barro cocidos, en cuyo proceso se crea chamota -material granular obtenido de la pulverización de los ladrillos, piedras refractarias, u otro producto cerámico cocido- constituyen fortalezas de la provincia en ese sentido.

Multiplicar por dos la cantidad de cemento no debe ser opción, sino decisión, para hacer más casas y cuidar la grande de todos.