
El movimiento cooperativo y campesino conoce de su protagonismo en la producción de los alimentos y el papel determinante que tiene en contribuir a bajar los precios abusivos que imperan en la comercialización de los productos agropecuarios en la provincia de Granma.
Reciente debate en las cooperativas de créditos y servicios abordó el tema, entre otros, y la necesidad de influir desde la labor en las Juntas Directivas a concientizar a los productores para desterrar algunas de estas prácticas nocivas, en medio de la situación compleja que vive el país y a la que la provincia no escapa.
Incrementar la producción y la eficiencia, aplicando tecnología, la ciencia y la técnica, es una perfecta vía para lograr la añorada respuesta en el abastecimiento de mercados, placitas y puntos de ventas.
Para ganar la batalla contra la inflación hay que desaparecer la cadena de intermediarios ilegales que tanto dañan el bolsillo de la población y el imprescindible respeto al contrato entre el campesino, la cooperativa y los actores económicos para evitar los desvió de la producción de leche, viandas, hortalizas, granos y frutas del destino y precios pactados.
Asimismo, atender mejor a los hombres y mujeres del campo, visitarlos, estimularlos y pagarle con inmediatez porque como ser humano necesita del crecimiento económico y social, junto a sus familias y vecinos.
De estos intercambios, que concluyó con el encuentro provincial, rebasó el compromiso y devino en la convicción de cuánto falta por hacer, desde el surco, para cumplir con el deber patriótico número uno: trabajar y producir más alimentos con precios justos para el pueblo.