En los últimos tres meses del 2016, la provincia de Granma consiguió terminar 360 nuevas células básicas habitacionales, subsidiadas para personas de bajos ingresos económicos.
Tal resultado, muy superior a lo hecho en los anteriores tres trimestres del año (400 células terminadas de conjunto para ese período) demostraba la eficacia de un grupo de medidas puestas en práctica en el territorio para dinamizar el programa, que aun siendo de uno de los de mayor impacto social, venía cargando con no pocas insuficiencias que impedían su adecuado avance.
LO QUE DEBE QUEDAR ATRÁS
En un reciente análisis sobre el particular, Michel Tejeda, vicepresidente del Consejo de la Administración de la Asamblea provincial del Poder Popular, trajo a colación las infinitas reservas por explotar, la falta de control y de trabajo conjunto, entre las principales fallas, por cuya erradicación total se acciona.
Fernando Enrique Valiño Ballester, presidente del Gobierno en Yara, municipio en la vanguardia del programa, junto a Bayamo, Manzanillo, Bartolomé y Buey Arriba, llamó la atención sobre un hecho, que en su criterio es uno de los principales problemas a erradicar, y es falta de responsabilidad y compromiso de determinados constructores particulares, algunos de los cuales cobran los trabajos sin terminar y luego se desentienden.
De ahí que la tarea requiera observancia permanente por parte de los gobiernos municipales, órgano que como asegurara Manuel Santiago Sobrino Martínez, máximo dirigente gubernamental granmense, debe ocuparse desde el principio, con el otorgamiento del subsidio, hasta el final, con la entrega de la vivienda al beneficiado.
Continuar la creación o habilitación de puntos de venta de materiales, el estricto cumplimiento de los proyectos, y la consecuente asesoría de los técnicos, son igualmente perennes desafíos.
Al Comercio Interior, responsable de la venta de materiales, toca trabajar más en la divulgación de los precios, y la definitiva solución a los instrumentos de medidas utilizados.
A propósito, la insuficiente disponibilidad de materiales, con oferta por debajo de la demanda, continúa como limitante, así como irregularidades con la distribución de los áridos, la falta de acero, y de recursos de terminación.
No obstante esos obstáculos, el territorio demostró en los últimos meses del año, que lo principal por resolver tiene relación con la agilidad para aplicar alternativas, la organización, el chequeo permanente, la calidad, el óptimo aprovechamiento de los materiales, la disminución del tiempo empleado en el proceso de cimentación, y la fluctuación de cuadros, técnicos y personal en general encargado de atender cada caso.
MÁS DE MIL BENEFICIADOS
A pesar de esos en contra, el programa de subsidios, con su carga de humanismo y sensibilidad, ha trascendido, y lo seguirá haciendo, y ha llenado de alegría y seguridad a cientos de granmenses de humildes y nobles, quienes agradecen a la Revolución, desde lo más profundo de su corazón, el haberle regalado una morada digna.
Desde el inicio del programa en el 2012, para ellos se terminaron en Granma mil 268 células básicas, pero, además, se hicieron 189 rehabilitaciones, 134 conservaciones menores y 561 conservaciones mayores, con un monto cercano a los 167 millones de pesos.
Como se ha planteado en otras ocasiones, la estrategia actual de la provincia incluye disminuir el costo de una célula básica, a partir de una mayor producción y por ende utilización de materiales locales.
En ese camino igualmente se han dado pasos, y más pretende conseguirse en el 2017, con consciencia de que otros cientos de personas esperan recibir una modesta pero confortable vivienda, para alegrar sus días.
Me parece una buena noticia