
Con múltiples acciones educativas y de prevención contra el mal hábito de fumar es celebrado en Bartolomé Masó, este 31 de mayo, el Día Mundial de lucha contra el Tabaquismo.
Aprovechamos esta jornada para promocionar una conducta responsable ante las drogas y sobre todo contra la adicción al cigarro, comentó la Licenciada Alaisis Olazabal Perdomo, miembro del Programa de Salud Mental del Policlínico Docente Comunitario Bartolomé Masó Márquez.
“Enmarcados en esta fecha hemos realizado varias dinámicas de grupo con familiares y pacientes que sufren esta enfermedad, donde se abordan las nefastas consecuencias que esta dependencia ocasiona al organismo humano”.
“Durante este “Día Libre Sin Fumar” por las diversas áreas de salud masoenses también efectuamos barrio debates, conferencias y charlas educativas priorizando centros laborales, y comunidades con altos índices de fumadores donde enfatizamos en los daños sociales y económicos que el tabaquismo acarrea, así como su impacto para la salud humana tanto para la del fumador activo como el pasivo”.
De manera particular, comentó Alaisis, trabajamos en los centros educativos de la enseñanza media, teniendo en cuenta la tendencia al alza de fumadores en este sector poblacional a partir de la influencia que ejercen en ellos amigos, vecinos, sus propios familiares e incluso los materiales audiovisuales a los que son expuestos.
“A la familia recomendamos evitar acercar a los más jóvenes a ese destructivo vicio que afecta tanto a la salud como a la economía personal. Para ello, es preciso predicar con el ejemplo, mostrarle al adolescente los verdaderos daños del tabaco y desmitificar ideas como que el tabaco es bueno para el sexo o que el hombre que no fuma no es hombre”.
De igual modo, señaló la especialista, en el ámbito social hay que hacer valer las legislaciones vigentes contra el tabaquismo como la Resolución 360 la cual prohíbe el consumo del tabaco o cigarrillos en lugares públicos, la que apenas se aplica en la práctica cotidiana.
El tabaquismo constituye una droga lícita de las que no son transformadoras de la conducta del individuo, sin embargo, sus efectos a largo y mediano plazo van en detrimento de la salud y la calidad de vida de las personas fumadoras y de quienes las rodean.