A propósito del Día Internacional de la Enfermería

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Por Redacción La Demajagua | 12 mayo, 2022 |
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El día 12 de mayo ha sido escogido como el Día Internacional de las Enfermería en todo el mundo, en honor al aniversario del nacimiento de Florence Nightingale, enfermera, escritora y estadística británica nacida en esta fecha, pero de 1820, la que es considerada pionera de la enfermería moderna y creadora del primer modelo conceptual de enfermería.

Numerosas enfermeras y enfermeros cubanos se han destacado a través de los años, muchos de ellos en condiciones muy difíciles. En esta fecha quiero rendir justo homenaje a una enfermera ya jubilada, banense de nacimiento. En nuestro pueblo natal se graduó de enfermera y luego se trasladó para Las Tunas, donde se hizo Enfermera Anestesióloga.

Ante el reclamo de las autoridades de la recién liberada nación angolana, da su disposición y allí marcha. Es asignada a Luena, la capital de la provincia de Moxico, al Este angolano. Me refiero a Mirta Margarita Robinson Wilson, residente actualmente en la ciudad de Santiago de Cuba.

El equipo médico del hospital de Luena era reducido, pero en casos de emergencia, los compañeros de la misión médica civil y los que estaban asignados a los Batallones, se sumaban al trabajo de equipo. El Dr. Gordín era el jefe de los Servicios Médicos y fungían como cirujanos los doctores Maletá, Coro y Jeremías Hernández Ojito; en Urología se contaba con el Dr. Quintas y en Ortopedia con el Dr. Luisito. Este último era ya una leyenda junto a varios de sus compañeros.

Se contaba que, en cierta oportunidad, quizás en mayo de 1979, uno de los pequeños morteros de 60 milímetros fue disparado accidentalmente y su granada se alojó, sin explotar, en el muslo de un soldado angolano que justamente se encontraba al lado y de inmediato fue llevado hasta el hospital.

Centenares de soldados de las FAPLA habían perdido piernas por el efecto de minas antipersonales y era bastante frecuente avistar en las calles de las ciudades angolanas o en fotos de los periódicos, cuando eran trasladados hasta Alemania para recibir prótesis, aquellos desventurados compañeros.

Amputarle la pierna y hacerla explotar después, sería la medida más racional, pero Luisito se opuso. -Si llegó hasta aquí sin explotar, probemos a ver si se puede salvar esa pierna- fue su comentario. Indicó realizar una radiografía e inmediatamente fue llamado un militar experimentado, quizás un zapador que no he podido hallar su nombre, el que comentó que si se le practicaba con cuidado una incisión que le permitiera introducir su mano, él podía desactivar la granada.

El joven soldado fue llevado a aquel pequeño salón que con tanto esfuerzo se había adaptado para realizar operaciones quirúrgicas de urgencia, el que contaba con dos acondicionadores de aire Bk-500, camilla y lámparas adaptadas.

Junto a Luisito, la ya experimentada enfermera banense Mirtha Margarita Robinson Wilson, de apenas 26 años, administró la anestesia. Los doctores Quintas y Jeremías Hernández Ojito lo asistieron y quedaron de reserva, fuera del salón, Maletá y Coro, pues el más pequeño error podía producir una explosión de consecuencias terribles y alguien tenía que atender al personal que resultara herido. Ronald Lester Andalia Nieves, holguinero, tomó las históricas fotos de aquel suceso.

Desactivada la espoleta de la granada esta fue extraída y se pudieron restablecer los sistemas osteomuscular y vascular. Así se salvó la pierna de aquel joven herido de gravedad. El valor y heroísmo demostrado por aquel intrépido equipo médico ha sido poco divulgado y menos reconocido. Me parece que aún estamos a tiempo para proponerles un reconocimiento especial.

Texto/ Edgardo Cordovés Galicia

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