De cómo un pueblo estableció su himno

Share Button
Por Luis Carlos Frómeta Agüero | 11 junio, 2021 |
0
FOTO/ Rafael Martínez Arias

El 11 de junio de 1868 fue un día referencial para el país, durante las fiestas religiosas del Corpus Christie en la Iglesia Mayor de Bayamo, se escuchaban por vez primera las notas de un canto redentor, en presencia del Gobernador Militar de la Plaza, coronel Julián Udaeta.

Cuando el referido oficial escuchó aquella marcha se sorprendió y mandó a buscar al director de la orquesta quien le informó que la obra correspondía al señor Pedro Figueredo, a quien Udaeta le señaló que la melodía no tenía nada de religiosa y sí mucho de guerrera:

“Usted no puede determinar que este sea un canto de guerra puesto que no es músico” -le aclaró Figueredo.

El gobernador quedó con la duda y la melodía encargada antes a Figueredo en una reunión para  desencadenar el movimiento independentista cubano, cobraba fuerza entre los pobladores.

El revolucionario bayamés concibió la obra en la madrugada del 13 de agosto de 1867, inicialmente llamada La bayamesa, como expresión de su carácter revolucionario y del lugar en que nacía la rebeldía nacional.

El 10 de octubre de 1868 se iniciaba la gesta libertaria en La Demajagua, 10 días después, fuerzas mambisas al mando de Carlos Manuel de Céspedes tomaron a Bayamo y en medio de aquella alegría, montado en su caballo, Figueredo escuchó su marcha secundada por el pueblo.

De esta forma, aquel 20 de octubre de 1868, en la primera ciudad libre de Cuba, se completaba el nacimiento de nuestro cántico mayor, orgullo para quienes refrendamos los mismos ideales que materializaron  su creación 153 años atrás.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *