Ramón López Peña: 66 años de su vil asesinato

Share Button
Por Gislania Tamayo Cedeño | 19 julio, 2025 |
0

En 1959, Ramón López Peña era un adolescente, sin embargo supo comprender enseguida que había llegado el momento, de defender la Revolución cubana. Con solo 15 años de edad ingresó en las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR) y poco después en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).

En 1962 ya era miembro activo del Ejército Regular y formaba parte de la División No. 59 de Las Tunas, con la cual participó en la lucha contra bandidos en la zona de Manatí.

En febrero de 1963 por sus méritos y disciplina fue destinado al Batallón de la Frontera. Su padre Andrés López sostuvo entre sus callosas manos las de su hijo Ramón, y le dijo: “No te descuides, mijo, esa gente es capaz de cualquier cosa”. El joven apenas esbozó una sonrisa y respondió: “No se preocupe, papá, voy a seguir cuidándome allá y a cumplir mi deber”.

Sesenta y un años se cumplen hoy del asesinato de Ramón López Peña primera víctima de la Brigada de la Frontera perpetrado por el odio imperialista que los gobernantes de Estados Unidos sienten por el proceso revolucionario cubano.

El atardecer del 19 de julio de 1964 en la base naval de Guantánamo territorio cubano ilegalmente ocupado por Estados Unidos desde 1903, había un ambiente convulso.

A partir de las 5 y 37 de la tarde, desde una de las postas estadounidenses ubicada en las coordenadas 43-67, comenzaron a rastrillar los fusiles, amenazando a los guardias cubanos y ofendiéndolos verbalmente. Las pretensiones estaban bien definidas, provocar a los cubanos, y utilizar esto como pretexto para invadir otra vez Cuba.

Genaro Rodríguez Cruz, testigo presencial, rememora lo sucedido… de inmediato el jefe de la escuadra ordenó entrar en la trinchera y López Peña, el último en hacerlo, resultó herido. “Venía tambaleándose hacia el sitio seguro (…) cuando se desploma y, ya en el suelo, dice… marines, hijos de puta, me han matado”.

Este dia, Ramón resultó herido de gravedad, un proyectil le atravesó el cuello. Minutos después, moría.

La ceremonia en el cementerio de Guantánamo, constituyó una manifestación de duelo popular, que se extendió a toda Cuba, indignada por el crimen cometido contra uno de sus más entrañables hijos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *