Un día como el de hoy, 22 de octubre, pero del año 1906, murió el pintor francés Paul Cézanne, considerado uno de los más grandes post-impresionistas e influyentes entre los artistas y movimientos artísticos del siglo XX.
Cézanne, nacido el 19 de enero de 1839, fue un artista de la visualidad, considerado el padre de la pintura moderna ,cuyas obras establecieron las bases de la transición entre la concepción artística decimonónica hacia el mundo artístico del siglo XX, nuevo y diferente.
Mientras vivió, fue un pintor ignorado que trabajó en medio de un gran aislamiento. Desconfiaba de los críticos, tenía pocos amigos y hasta 1895 expuso solo de forma ocasional.
Fue un «pintor de pintores», que la crítica y el público ignoraban, siendo apreciado solo por algunos impresionistas y al final de su vida por la nueva generación.
Se esforzó por comprender y reflejar la complejidad de la percepción visual humana. Quería ofrecer una visión auténtica de la realidad, y para ello observaba los objetos desde distintos puntos de vista, lo que le llevó a representarlos desde perspectivas diferentes simultáneamente.
La obra de madurez de Cézanne muestra el desarrollo de un estilo de pintura solificado, casi arquitectónico. La intensidad de sus colores, unida al aparente rigor de la estructura compositiva, indica que, a pesar de la frecuente desesperación del propio artista, había sintetizado los elementos básicos de representación y expresividad de la pintura de un modo muy personal.
Entre sus obras se encuentran títulos como “Jugadores de cartas” y “Las grandes bañistas”.