“Fidel es un hombre inolvidable, sencillo y muy humano que se ganó el cariño del pueblo desde la lucha guerrillera en la Sierra Maestra“, dijo Gilberto Piña Guevara, campesino que le sirvió de mensajero al Comandante en Jefe tras el desembarco del yate Granma, el 2 de Diciembre de 1956 por Los Cayuelos, en Niquero.
Tras referirse al Líder cubano después de rendirle homenaje póstumo en la Plaza de la Patria, de Bayamo afirmó: “Seguir su ejemplo y mantener bien en alto las banderas de la Revolución y el socialismo es la mejor manera de honrar a nuestro querido Comandante”.
Piña Guevara señaló que está jubilado pero no retirado, porque continúa siendo útil, a sus 77 años de edad, trabajando en la actividad de la ganadería, en su finca enclavada en la zona rural de El Almirante, de Bayamo.
Recuerda que con solo 17 años tuvo de frente a Fidel por primera vez, allá en su Cinco Palmas, de Media Luna recién llegado de México y entre las tareas que cumplió fue la de trasladar mensajes, dinero, balas y otros productos.
“Yo iba y venía en el monte, y un día el Comandante mostró inconformidad por que temía que me pasara algo y fue el Che (Ernesto Guevara) quien le dijo: ‘déjalo Fidel que este nos sirve para que haga mandado’ ¨.
Después del triunfo de la Revolución, en enero de 1959, visitó La Habana como un día le había prometido Fidel y durante más de 30 años cuidó de la finca de Mongo Pérez, donde se produjo el histórico reencuentro entre Fidel y Raúl el 18 de diciembre de 1956.