
Historiadores, académicos y escritores de Granma, junto a trabajadores de distintos sectores, recordaron este lunes en Bayamo el legado de José Joaquín Palma (11 de septiembre de 1844 – 2 de agosto de 1911), quien fuera el primer director del periódico independentista El Cubano Libre.
En la mañana fue colocada una ofrenda floral, en nombre del pueblo de Bayamo, en el obelisco donde reposan los restos del prócer, autor del Himno Nacional de Guatemala.
En ese monumento la historiadora Idelmis Mari evocó varios aspectos de la vida de Palma, quien fue el encargado de incorporar al Ejército Libertador al dominicano Máximo Gómez Báez.
Rememoró, además, que fue un hombre de confianza de Carlos Manuel de Céspedes y que llegó a los grados de mayor general, también de su larga vida en el exilio (más de 40 años), en el que fungió como profesor, periodista, diplomático y escritor.
Durante la jornada de recordación, tuvo lugar por la tarde, en la galería bayamesa Dos Columnas, la entrega del premio al Mérito Literario José Joaquín Palma 2023, conferido esta vez al poeta y crítico Andrés Eduardo Conde Vázquez (1949), oriundo del municipio de Media Luna.
Juan Ramírez Martínez, presidente en Granma de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), fue el encargado de colocar en las manos del destacado intelectual, ganador de varios premios, el referido lauro.
El lunes, en el lugar donde nació José Joaquín Palma, en la actual calle Cisneros, poetas y vecinos intercambiaron con Abel Guerrero Castro, vicepresidente de la Uneac en Granma, y Andrés Conde sobre poesía, historia y algunas tradiciones de Bayamo.
José Joaquín Palma Lasso de la Vega fue el autor de la primera biografía de Carlos Manuel de Céspedes, recibió honores presidenciales en Honduras, dirigió la Biblioteca Nacional de Guatemala, donde vivió muchos años de su vida, y mantuvo amistad con varios patriotas, incluyendo a Máximo Gómez, Antonio Maceo y José Martí.
Este último llegó a escribir una crónica sobre él, en la que expuso: «poeta que ha sabido poner en sus versos toda la ternura de su corazón y el fuego inextinto de un patriotismo puro. No en Cuba solo, sino en toda nuestra América, se leen sus serenatas… y las décimas en que recuerda y predice nuestras glorias».