“Acabamos de incautar un petrolero frente a la costa de Venezuela. Un gran petrolero, muy grande”, declaró Trump a los periodistas. “Y están sucediendo otras cosas”, añadió el mandatario republicano sin especificar más acerca de lo que presuntamente ocurrió.
Durante las últimas semanas, Estados Unidos reforzó su presencia militar en el Caribe muy próximo a las costas de la nación sudamericana y en una entrevista publicada el martes por Politico, Trump no descartó la posibilidad de enviar tropas del Pentágono a Venezuela.
En las mismas declaraciones y en respuesta a otra pregunta sobre el presidente venezolano, Nicolás Maduro, el actual ocupante del Despacho Oval expresó en palabras amenazantes que: “Sus días están contados”.
Recientemente Trump anunció el cierre en su totalidad del espacio aéreo sobre y alrededor de Venezuela en su incrementada campaña psicológica y de máxima presión contra Caracas.
Desde Caracas, el ministro venezolano de Defensa, Vladimir Padrino, denunció la víspera un intento de intimidación por Estados Unidos con el sobrevuelo de aviones de combate F-18, lo que el martes pasado se internaron en el espacio del golfo de Venezuela.
«Hemos estado viendo las pretensiones de intimidarnos, acercando vectores aéreos de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos a nuestras costas (…) nosotros aquí con mucha humildad les decimos que no se equivoquen con nosotros, nosotros estamos preparados para defender a este país», advirtió Padrino en un acto transmitido por la TV local.
Otros asuntos noticiosos destacados en la semana incluyeron la orden de una jueza federal que pidió la liberación inmediata de un centro de detención de inmigrantes, del salvadoreño Kilmar Abrego García, quien fue deportado por un error administrativo en marzo de este año y tras ser retornado a Estados Unidos lo imputaron con cargos penales.
El caso de Abrego García se ha convertido en símbolo de las agresivas políticas migratorias de Trump. La misma jueza ordenó que no podrán detenerlo nuevamente.
En materia migratoria trascendió igualmente que Estados Unidos anunció la terminación de programas de reunificación familiar para nacionales de siete países: Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití y Honduras, así como para sus familiares inmediatos, bajo el pretexto de abusos de estas protecciones.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, en inglés) puso fin al llamado «Family Reunification Parole (FRP) para esos países y los inmigrantes amparados con este beneficio tendrían que abandonar el territorio estadounidense a mediados de enero si no cuentan con alguna otra alternativa legal para permanecer aquí.

