Rescate del brigadier Sanguily: acción épica de los mambises

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Por Gislania Tamayo Cedeño | 8 octubre, 2023 |
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El 8 de octubre del año 1871 el Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz y 35 de sus mejores jinetes, realizaron una de las mayores proezas de la Guerra de los Diez Años.

Agramonte y sus hombres estaban acampados desde la noche anterior en el potrero de Consuegra, después de largas jornadas de lucha por las llanuras del Camagüey.

El brigadier Julio Sanguily pide permiso y se traslada al rancho-enfermería de la patriota Cirila López Quintero. El enemigo está cerca y fue sorprendido y capturado por una columna española, dirigida por el general Sabas Marín. Intentan alejarse del lugar, pero un sargento español lo hace prisionero.

Su acompañante logra huir y comunica lo acontecido. Rápidamente Agramonte envía a Henry Reeve, El Inglesito a que examinara el lugar donde se encontraba la columna española. Al regreso, conoce los detalles y dispuso de 35 jinetes y marcha a rescatar a Sanguily vivo o muerto o perecer en la demanda. Y seguidamente ordenó “¡Corneta, toque a degüello!”.

Ante el avance e ímpetu de las fuerzas cubanas, el sargento español derrumba a Sanguily de la montura de su caballo, le dispara y le inhabilitó la mano derecha. Agramonte velozmente con el coraje y la valentía que lo caracterizaba se alza sobre su caballo y ordena la última carga.

Agramonte, rescata a Sanguily. Lo abrazó y le dijo:

“Julio te dije que el día menos pensado ibas a caer en poder de los españoles, pero no creí que fuera tan pronto”.

Según algunos historiadores El mayor detalla así la acción del rescate:

“Salí con ellos logrando alcanzar al enemigo en la finca de Antonio Torres, cargué por la retaguardia el arma blanca y los nuestros sin vacilar ante el número ni ante la persistencia del enemigo, se arrojaron impetuosamente sobre él, lo derrotaron y recuperamos al Brigadier Sanguily y cinco prisioneros más. Nuestra persecución le siguió a larga distancia hasta dispersarle por completo. El enemigo dejó once cadáveres. (…)  ¡Mis soldados no pelearon como hombres: ¡Lucharon como fieras! “.

Esta acción bélica fue una inminente victoria de los mambises que pusieron a prueba una vez más la capacidad combativa de los insurrectos.

El poeta Rubén Martínez Villena ilustra con gallardía en sus versos el Rescate de Sanguily

Marchaba lento el escuadrón riflero:

ciento veinte soldados de la España

que llevaban, cual prueba de su saña,

a Sanguily, baldado y prisionero.

Y en un grupo forjado por Hornero,

treinta y cinco elegidos de la hazaña,

alumbraron el valle y la montaña

al resplandor fulmíneo del acero.

Alzóse un yaguarama reluciente,

se oyó un grito de mando prepotente

y un semidios, formado en el combate,

ordenando una carga de locura,

marchó con sus leones al rescate

¡y se llevó al cautivo en la montura!

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