El sabio Tranquilino Sandalio de Noda

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Por Luis Carlos Frómeta Agüero | 3 septiembre, 2024 |
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El 3 de septiembre de 1808, nació en Puerta de la Güira, actual municipio de Artemisa, provincia de igual nombre, Tranquilino Sandalio de Noda Martínez, quién sobresalió por su notable inteligencia y por la realización de múltiples profesiones.

Casi todos se sorprendían por  sus conocimientos: notable sabio naturalista, geógrafo, agrimensor, agrónomo, periodista y ensayista. Incursionó, además, como políglota y traductor al español de obras literarias en inglés,  francés y  griego.

Comprendió varias lenguas africanas habladas por los esclavos en Cuba y confeccionó un diccionario del idioma Congo. Trabajó, además, en un diccionario inacabado de la lengua Siboney (Ciboney se escribía entonces) que se considera perdido.

A Noda se le atribuye, por Esteban Pichardo, una influencia decisiva en el asentamiento de la ortografía de la ciudad y provincia de Pinar del Río, en lugar de “Pinal” del Río.

Tuvo acceso a la biblioteca de un emigrado francés y al asesoramiento del agrónomo José María Dau, en cuya vivienda recibió lecciones de gramática, aritmética, álgebra y latín, desde 1823, y ya en 1824 entrante lo auxiliaba en la medición de tierras.

Se presentó a la Comisión de Examen y alcanzó el título de agrimensor, en 1832, también el de agrimensor titular de la Academia Pretorial, en 1840.

Sus trabajos científicos fueron recogidos en publicaciones periódicas como  Las Memorias de la Sociedad Económica de Amigos del País  y en  Los Anales de la Junta de Fomento. Escribió notables trabajos de Geografía, Estadística, Economía, Política e Historiografía. Entre ellos: Un tratado de economía política en aplicación a la Isla de Cuba , Los guajiros de Vueltabajo, Riqueza y raíz de Cuba, La Historia del Marién.

Entre sus obras principales se encuentra El Atlante Cubano, sobre Agricultura y Agronomía. Elaboró, además, un Atlas matemático, físico y político, una Memoria sobre el sistema métrico decimal y ventajas de su implantación.

Dejó múltiples obras inconclusas o perdidas en parte e inéditas, entre ellas: Diccionario Siboney, Educación Elemental, Nuevo Arte de la Taquigrafía; Traducciones de Voltaire: La Henriade, Adelaide du Gueselin, La mort de Cesar, y el estudio que sobre este autor realizó. Quedó inconclusa también su novela “El Cacique de Güines: Habanaguex” y un Elogio sobre Luis de Camoens.​

Resultó muy elogiado por José Martí  ​ quien lo llamó “el pasmoso Noda”. En un artículo publicado en el periódico “Patria”, el 19 de marzo de 1892, al criticar una medida colonial que impedía la formación de doctores en Cuba, Martí escribió que “… la tierra que da Nodas puede pasarse sin doctores”. En su honor el Museo de Historia Natural de Pinar del Río lleva su nombre.

Falleció en San Antonio de los Baños, el 23 de mayo de 1866.

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