Ortiz, quien se retiró esta campaña con los Medias Rojas de Boston luego de 20 años de carrera en la Gran Carpa, se alzó con su séptimo Bate de Plata, en esta ocasión como bateador designado, tras rendir una excelente campaña con promedio de bateo de .315, 38 jonrones y 127 impulsadas. Por su parte, los morochos Pérez (.247-22-64) y Ramos (.307-22-80) ganaron su primer reconocimiento de este tipo tras resultar los mejores receptores a la ofensiva de una y otra liga, el primero con los Reales de Kansas City y el segundo con los Nacionales de Washington.

Cabrera con los Tigres de Detroit alcanzó su séptimo lauro plateado al protagonizar otra magistral temporada en la primera base con average de .316, despachar 38 pelotas y fletar 108 hombres al home.

Altuve, segunda base de los Astros de Houston, volvió a coronarse por tercera vez sucesiva con este premio, tras alzarse en esa misma cantidad de veces consecutivas con la corona de bateo en la Americana (.338), además de liderar el apartado de hits (216), conectar 24 jonrones e impulsar 96 carreras.

El jardinero de los Mets de Nueva York, Céspedes, se adjudicó su primer Bate de Plata luego de repetir otra extraordinaria campaña con el madero con más de 30 jonrones (31), además de promediar para .280 e impulsar 86 carreras y conetar 134 hits.

Los Bates de Plata se entregan a los mejores de cada posición en la Liga Americana y Nacional y la votación se hace entre coaches y managers de todos los equipos.

Desde que se instituyó el premio en 1980, Barry Bonds lidera a los más laureados con 12, Mike Piazza y el dominicano Alex Rodríguez con 10 cada uno, en tanto que su coterráneo Manny Ramírez, Wade Boggs y Carl Ripken siguen con ocho.