Elizabeth Ortiz Espinosa, es Trabajadora Social, graduada del tercer año de este programa, ideado por el Líder Histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, en el año 2000.

“El hecho de ayudar a  una familia que se encuentran en situación de vulnerabilidad nos convierte en mejores seres humanos, por eso nuestro Comandante nos llamó los Médicos del alma”, refiere.

Advierte que ser educadora de la Enseñanza Especial  posibilita aplicar los conocimientos en función de labor como agentes transformadores de cambios.

“En nuestro bregar, utilizamos las habilidades profesionales pedagógicas para el trabajo comunitario. En mi caso, he trabajado en la comunidad con  niños que tienen necesidades educativas especiales, algo muy sensible que requiere de creatividad y mucho amor”, alude.

Ortiz Espinosa ejerce su labor en el consejo popular Camilo Cienfuegos, en la circunscripción número 148, la  cual atiende a más de 900 familias.

SENTIDO HUMANISTA.

“Comencé mi labor en el 2005 en las comunidades, cuando el programa Raíces del Caguairán.  Atendí a personas alcohólicas, encamadas y niños con parálisis cerebral”, refiere la Trabajadora Social, Maylenis Bueno Espinosa, coordinadora del consejo popular Francisco Vicente Aguilera,  que abarca la comunidad de La Pedrera.

“Era muy joven, tenía alrededor de 18 años, cuando fui a trabajar en el reparto La Unión, aquí en Bayamo; recuerdo que atendí a un matrimonio adulto,  que tenían enfermedades con patologías crónicas. Gracias al programa, hicimos que la calidad de vida de estas personas mejorara”; subraya.

Añade que ser trabajadora social es un compromiso con la sociedad con sentido humanista.

“Mi trabajo me enseñó a valorar más a la familia, amigos, parejas, pero sobre todo amar a las personas”, destaca.

Los constructores de la sociedad, como también se les llama al programa de Trabajadores Sociales, arribaron recientemente a su aniversario 24, quienes tienen como objetivo, orientar, instruir y acompañar a las familias más necesitadas.