
Pilón, Granma, – Por su labor científica y aciertos al predecir la ocurrencia de fenómenos naturales potencialmente peligrosos, el cubano Jesús Domenech Castillo es conocido más allá de los límites de este poblado costero, al suroeste de la isla.
Apodado el Mellizo por su parecido con un colega, al cual, curiosamente, no lo une ningún vínculo consanguíneo, se desempeñó durante varios años como especialista del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en el municipio de Pilón.
Recientemente, sus ya conocidas predicciones volvieron a materializarse, sustentadas siempre en la observación y las alertas que proporcionan los conocimientos científicos y la propia naturaleza.
El domingo 10 de noviembre, día en que ocurrieron los temblores de tierra de magnitudes 6.0 y 6.7 en la escala de Richter, con epicentros muy próximos a la localidad, Jesús comenzó a sentir, desde la madrugada, un potente sonido de guariao (Aramus guarauna), ave zancuda especial para presagiar intensas lluvias.
“También vi y me preocuparon manifestaciones de otros animales, como por ejemplo los perros, que ladraban mucho y fuerte; cangrejos de mar y macaos migrando hacia las lomas; y moluscos terrestres de la especie Caracolus sagemon subidos a gran altura en palmas reales”, narró.
Domenech Castillo, quien continúa activo, ahora contratado como asesor, insiste en la importancia de tener en cuenta la ciencia en todos los procesos, incluidos los relacionados con la prevención frente a desastres naturales.
Con anterioridad, siendo especialista del CITMA y hasta su jubilación, impulsó, entre otros proyectos y acciones, experimentos con alacranes, el montaje de sistemas de riego micro localizados, la creación de un jardín de cactus, y el cultivo del girasol y la soya. Tan intensa y dedicada labor le ganó el nuevo sobrenombre de “Padre de la Ciencia” en Pilón.
Empedernido observador del comportamiento de la fauna cubana, el Mellizo cree que los animales tienen sensores especiales, gracias a lo cual pueden percibir señales de aviso sobre catástrofes naturales próximas a ocurrir.
Con esas certezas, y motivado por la inhabitual algarabía de codornices, y la masiva salida de cangrejos del mar hacia las montañas, en julio del año 2005 alertó a las autoridades locales y provinciales sobre la amenaza del ciclón Dennis, que azotó fuertemente a Pilón y otros municipios de Granma.