
CONVOCATORIA DEL PARTIDO Y DEL GOBIERNO EN GRANMA A MULTIPLICAR EL TRABAJO EN TODAS LAS ESFERAS DE LA VIDA ECONÓMICA Y SOCIAL
Compatriotas:
Marchamos hacia el aniversario 66 del triunfo de la Revolución y para los granmenses simboliza honor; también nuevas metas y compromisos. El escenario geopolítico internacional ubica al imperialismo en el epicentro de toda maniobra que hoy intenta desmoronar a los gobiernos progresistas y movimientos sociales de la región, apoyada por la derecha en el continente.
La lucha ha sido constante para nuestra isla y hoy arrecia cada día con la política inhumana del bloqueo económico, comercial y financiero, reinventada para amilanar nuestras fuerzas y nuestro entusiasmo.
Son tiempos en que es necesaria la participación de todos para hacer la Revolución. Las batallas y glorias pasadas nos enseñan que solo el sentido de unidad puede salvarnos en tiempos de contingencias.
Alcanzar peldaños superiores en las actuales circunstancias, con creatividad y sentido del contexto, será la mayor lección para quienes intentan hundir nuestro proyecto social, pero será también la mayor enseñanza para nosotros mismos de que podemos alcanzar cada horizonte que nos propongamos, y así lo hemos demostrado siempre.
Granmenses:
Las razones están ahí para impulsarlas. El 2024 puede y tiene que mostrar lo mejor de este pueblo que diariamente trabaja, porque siente orgullo de esta tierra de heroicidad arraigada.
Se nos aproximan los aniversarios 171 del nacimiento y 129 de la caída en combate de José Martí, el 205 del nacimiento y 150 de la caída en combate de Carlos Manuel de Céspedes, el 65 de la fundación de los Órganos de la Seguridad del Estado y de la firma de la Primera Ley de Reforma Agraria, el 71 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, el 206 del nacimiento de Perucho Figueredo, el 156 del inicio de las Guerras de Independencia, el 65 de la primera jornada de trabajo voluntario, convocada por el Che, y el 68 del desembarco de los expedicionarios del yate Granma.
Estas y muchas otras fechas de nuestro calendario histórico nos aportan una vivencia que podemos convertir en fortalezas. Toda nuestra obra debe contener sentido de identidad, arraigo, coraje, delicadeza, pero sobre todo sentido de victoria inquebrantable, una enseñanza legada por Fidel, quien en medio de los más adversos escenarios proclamó, el 1 de enero, el triunfo de la Revolución en Cuba.
Estamos hoy aquí para seguir triunfando. Ese es el espíritu que debe llegar a cada rincón de nuestra provincia, a cada corazón de la gente que la construye y la hace auténtica.
Todo propósito es alcanzable, si tenemos objetivos definidos. No es posible vencer batallas, si no entregamos una cuota de consagración, que será palpable en el cumplimiento con eficiencia de los planes en nuestra economía, como lo asumieron rebeldes y mambises.
Crecer con creatividad es una cuestión de honor. La Revolución no es la obra de un día ni de un año, es obra para siempre en lo adelante. Es una obra eterna, donde cada uno de nosotros, el pueblo, los trabajadores, los jóvenes, somos actores fundamentales.
Es por ello que las máximas autoridades del Partido y del Gobierno en la provincia convocan a multiplicar los esfuerzos en todas las esferas de la vida económica, social, política y cultural.
Tenemos que encontrar soluciones y respuestas, no obstáculos y estancamientos mentales. Eso se concreta perfeccionando el trabajo político-ideológico y el combate en las redes sociales, cumpliendo los indicadores económicos y materializando la estrategia de desarrollo local y territorial, trabajando en la producción de alimentos, la comercialización y el desarrollo agropecuario, el crecimiento de la circulación mercantil, y el plan de viviendas previsto para este año.
Debemos ganar en eficiencia, perfeccionando los servicios y la atención a la población, el desarrollo del sector azucarero y el cumplimiento del plan técnico-económico.
Además, debemos cumplir las medidas de ahorro de portadores energéticos, con la organización y transformación integral de los barrios, continuar el proceso de bancarización, la atención a la defensa, la prevención y enfrentamiento a la subversión política e ideológica, al delito, las ilegalidades e indisciplinas sociales.
Asimismo, implementar las proyecciones del gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía del país.
Los propósitos que se avecinan dependen del concurso de cada uno de nosotros: el Partido, la Juventud, cederistas, federadas, los combatientes, estudiantes, jubilados, amas de casas, campesinos, las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior.
Solo este pueblo hará posible cada logro. El crecimiento material y espiritual dependerá también de la guía acertada de cuadros políticos y administrativos. A ellos la exigencia personal para alcanzar metas concretas, medibles, con el fin máximo de ofrecer más calidad de vida y satisfacción para el granmense.
Nuestros retos actuales, mediados por carencias de todo tipo, nos imponen una firmeza sustancial de las ideas para mantener y desarrollar el proyecto cubano.
En nuestro pueblo podemos encontrar las mejores ideas. Por eso, un arma para todo imponderable presente y porvenir será el estimular cada acto de solidaridad, luchar contra el egoísmo y tendencias irracionales.
Confiamos en nuestra gente y sabemos que solo el esfuerzo de todos hará posible la victoria.
En esa obra humana, cada dirigente deberá erigirse como columna vertebral de la Revolución, una máxima que visualizó con claridad el Che.
Este año no debemos dejar apagar la llama que avivó el movimiento de jornada del esfuerzo decisivo, que sea siempre el espíritu iniciado un 2 de diciembre, otro motivo simbólico para organizar nuestro trabajo, sumar a la población, impulsar y enfrentar desde la comunidad los grandes desafíos que nos imponen los momentos actuales.
Son tiempos de levantar a Granma, incluso cuando los contextos pudieran aparentar que es imposible. Fidel, con acierto meridiano, expresó: “El ingenio está en las masas y el genio es masivo. Y esta es una conclusión sacada de la experiencia de los años vividos por estos extraños y difíciles caminos que son los caminos revolucionarios”.
Este es nuestro legado para el futuro. Nuestra lección para los que seguirán construyendo la provincia y sosteniendo su esencia histórica.
Nos debe inspirar la energía que emana de La Demajagua, Las Coloradas, Cinco Palmas, Dos Ríos y la Comandancia de La Plata.
Debemos retomar las experiencias de nuestros padres fundadores, que están para recordarnos lo que cuesta un triunfo y todo lo que se pone en riesgo cuando no es unidad lo que prima en nuestro accionar.
A ellos, a cada uno de nuestros mártires, a quienes conformaron en todo tiempo nuestra villa y nuestra historia, a los que marcaron con su obra, entregamos hoy nuestra disposición de trabajar, crear, luchar y hacer realidad aquel postulado de Fidel que decía: “La felicidad del pueblo es el único precio digno que puede pagarse por las vidas de quienes murieron por ese bien”.
La historia que nace en las calles y en la gente es la historia que hoy define a Granma, pero la historia que hacemos diariamente es en la que se reconocerán también nuestros hijos y nietos.
Concentremos nuestras energías en dejarles una provincia de la cual se sientan orgullosos. Que sea la disposición que nos diera nuestro eterno Líder en el discurso pronunciado el 3 de marzo de 1995, un compromiso para el futuro: “Defendemos la Revolución, defendemos la Patria con toda la energía que seamos capaces, con todo el valor que seamos capaces, con todo el espíritu que somos capaces; luchamos sin desaliento, luchamos sin tregua, mientras más difíciles sean las circunstancias, más alta tiene que ser la moral, más elevado tiene que ser nuestro espíritu, más sólida nuestra firmeza”.
Que sea esta esencia revolucionaria y creadora la que nos guíe en el camino de hacer Por Granma lo mejor, y cada vez más parecido a los sueños de quienes la habitamos.
Una verdad es inamovible, que siempre nos espere lo que conocieron Fidel, Cuba y el mundo aquel glorioso 1 de enero: la victoria.