Alarmas más que justificadas suenan hoy a raíz de la actuación del equipo de Granma en la tercera  Liga Élite del Béisbol Cubano (LEBC), un evento de apenas 40 partidos clasificatorios y en el que una mala arrancada puede pesar demasiado.

Hasta el momento los Alazanes no han podido ganar ninguno de los duelos contra Santiago de Cuba (2-2), Industriales (1-3) y Pinar del Río (1-3), por eso son los últimos en la tabla de posiciones (4-8).

Lo peor es que la tendencia de sus números ha sido al empeoramiento y esto puede presagiar un mal final.

Granma es el único de los seis elencos con un cuerpo de pitcheo de ¡17 lanzadores!, pero estos han sido vapuleados en su conjunto. Los contrarios les  326 de promedio; exhiben, además, un alto promedio de carreras limpias de 7,34 (últimos con amplitud en el campeonato)  y un cósmico whip de 1,82. Habían recibido 41 extrabases, divididos en 30 dobles y 11 jonrones.

Con esos números es  muy difícil ganar en cualquier béisbol, si seguimos la teoría de que un 70 por ciento de los resultados depende del pitcheo. Los bateadores tendrían que hacer, como promedio, ocho carreras por encuentro; sin embargo, la ofensiva tampoco ha sido el punto fuerte de los Caballos.

Hasta hoy apenas promen 264 al bate (penúltimos, solo por detrás del 244 de Pinar del Río), con solo cinco jonrones, dos de estos de Alfredo Despaigne, quien se incorporó en el inicio de la tercera subserie. Muchos apostaban a que ADR 54 cambiaría la cara del equipo y resulta innegable que su aporte se nota;  mas en los deportes colectivos una sola figura no hace la historia.

El único renglón positivo hasta ahora es la defensa (978), así que en los 28 partidos que restan los bateadores y especialmente los serpentineros tendrán que cambiar para que los alazanes puedan concluir entre los cuatro clasificados.

¿Lograrán esa metamorfosis que piden a gritos los aficionados? ¿Transformarán la dinámica perdedora que les acompaña desde el tercer partido de la LEBC? Ya veremos y comentaremos.