Su condición de campeones nacionales, tal vez, era lo único que se conocía. Aun así, resultaba una de las mejores credenciales que podían presentar, junto a su paso arrollador en la presente edición del Campeonato nacional de Pequeñas ligas de béisbol (11-12 años).

Pero ese viaje largo y agotador, después de recorrer casi 700 kilómetros camino a la ciudad de Matanzas, ni un estadio Victoria de Girón casi abarrotado, y en contra, evitaron su derroche de talento.

Eso nadie lo puede negar, porque el equipo de Bayamo -representante de Granma- se mostró virtuoso frente a un elenco de la capital matancera, del que casi todos hablaban y ensalzaban. Y lo hizo con categoría, sin dejar dudas (12×1), mientras confirmaba a la provincia como una cantera inagotable para el béisbol cubano.

Una semana después, aún retumba la demostración de los alumnos de Miguel Veranes. Pedro, José, Anthony, Darien, Luis, Brian… enamoraron en la Atenas de Cuba. Incluso, no fueron pocos los que disfrutaron más con su juego que con el escenificado, un día después, por las Estrellas de la 61 Serie nacional.

Por el momento, un objetivo se asoma en el horizonte, conquistar el clásico doméstico -están en semifinales- y así clasificar para el Torneo del Caribe, que se disputará en Punta Cana, República Dominicana, del 5 al 10 de julio.