Teniente Rey sobre Guantánamo: “Esta es una experiencia que lo cambia todo para todos”

Share Button
Por Anaisis Hidalgo Rodríguez | 5 noviembre, 2024 |
0
Foto Cortesía de Teniente Rey

Bajo un cielo gris que aún resonaba con los ecos del huracán Óscar, un grupo de artistas de Granma, conformado por la Guerrilla de Teatreros,  el Teatro callejero Andante y el cantante Teniente Rey, impulsados por la solidaridad, visitaron áreas devastadas de San Antonio del Sur y de Imías, en la provincia de Guantánamo para ayudar a su recuperación.

Llevaban en su corazón la música que antes elevaba su espíritu, pero ahora sus voces se convertían en susurros de esperanza en medio de esos lugares casi en ruinas, víctimas de la furia de la naturaleza.

Las manos que solían tocar acordes de guitarra y desatar melodías de alegría se dedicaban a recoger escombros, palear barro y reparar lo que podían.

Era un espectáculo diferente. El escenario no era una lujosa tarima, sino la dura realidad que clamaba por ayuda, una actuación sincera donde el dolor y la resiliencia se entrelazaban en un mismo lienzo.

“Cuando pasamos el cartel identificativo de San Antonio del Sur empezamos a percibir las primeras impresiones de la devastación: colchones en los exteriores, en los portales, los techos de las casas; efectos electrodomésticos mutilados por el agua secándose al sol, en tanto los ojos de las personas se tornaban de un color ocre, de esos que aparecen después de la desgracia. Realmente fue un paisaje dantesco”, describe Reynier Velázquez Álvarez, conocido en el mundo de la música como el Teniente rey, quien compuso e interpretó El otro ciclón, una inspiradora canción en solidaridad con los guantanameros.

-¿Qué le motivó ir hasta Guantánamo?

-En primer lugar, mi compromiso con mis semejantes y mi identidad cubana, que implica compartir lo que tenemos, no lo que nos sobra. También me llevó mi obra El otro ciclón, ya que, después de componerla e interpretarla como un tributo a la solidaridad con esa provincia, tenía que ser coherente con lo que promovía y cumplir con mis propias convicciones.

“Soy muy exigente en cuanto a la solidaridad, el amor al prójimo y el compartir los esfuerzos y los sacrificios.

Foto Cortesía de Teniente Rey

“En ningún momento nos amilanamos; por el contrario, nos cargamos de energía. Sabíamos que debíamos dar el doble de lo que habíamos imaginado”.

-¿Qué desafíos asumieron en esta comunidad?

-Ya allí, en San Antonio del Sur, llegamos a la conclusión de que el arte que veníamos a ofrecer tendría que esperar, lo primero que debíamos hacer era restaurar el orden físico de quienes más lo necesitaban.

“Sustituimos nuestros instrumentos musicales y letras por palas, escobas, cubos con agua y fuerza bruta, dedicándonos a cargar colchones y equipos, trabajando codo a codo en los barrios, en varias viviendas y centros de trabajo. Nuestro objetivo era devolver la armonía y, sobre todo, sacar una sonrisa del rostro de estas personas”.

Foto Cortesía de Teniente Rey

“Ha sido muy difícil lograr que una sonrisa regrese a los labios de estas personas. La manera de hacerlo ha sido, precisamente, a través de visitas a sus hogares, a veces sin permiso, para llevar a cabo lo necesario y cambiar la dura realidad que enfrentan”.

-¿Alguna historia en particular que le haya impactado ?

-Entre las historias más impactantes a las que he tenido acceso se encuentra la de una madre que al escuchar la falsa información en San Antonio del Sur sobre el desbordamiento de la presa, se vio desesperada. Sin poder acceder a un vehículo que la llevara a zonas seguras, le entregó sus hijos a desconocidos con la esperanza de que los salvaran.

“Una de estas personas, al enterarse de que la información era falsa, después llevó los pequeños a la estación de policía, sin saber quién era su madre.

“La capacidad de una madre de anteponer la vida de sus hijos a toda costa, nos conmovió hasta las lágrimas.

“Escuchar los esfuerzos de un ciudadano que, en medio de toda esta hecatombe, hizo todo lo posible por salvar su posesión más preciada, su televisor, es desgarrador. Logró colocarlo en un lugar relativamente seguro, lejos de las aguas, pero durante las labores de recuperación, el televisor se le resbaló y cayó de sus brazos.

“La expresión de ese hombre, que había perdido prácticamente todo, era devastadora.

“Hay otras historias conmovedoras de personas atrapadas en sus propias casas, incapaces de abrir las puertas debido a la fuerza del agua, y de los héroes anónimos que siempre emergen en circunstancias así. “Personas que arriesgan sus vidas para salvar a otros y que probablemente no recibirán el reconocimiento que merecen, pero estuvieron allí, y gracias a sus esfuerzos, la cifra de lesionados, desaparecidos y fallecidos es significativamente menor”.

-¿Cómo crees que la música puede ayudar en el proceso de recuperación emocional de las personas afectadas?

-Creo que así como las tabletas son medicinas para el cuerpo, la música es medicina para el alma y tiene una función muy esencial en la recuperación de la autoestima de nuestra gente, por eso, cada vez que tenemos la oportunidad nos vamos guitarra en mano a compartir nuestros versos con ellos.

-¿Cómo ha cambiado esta experiencia tu perspectiva sobre la vida y tu carrera artística?

-He dedicado una parte importante de mi vida a trabajar directamente en la comunidad, pero esta experiencia de estar aquí y compartir con estas personas que han sido víctimas de este suceso natural, me cambia totalmente la vida tanto en lo artístico como en lo personal.

Foto Cortesía de Teniente Rey

“El nivel de compromiso se ha multiplicado y las disposiciones de hacer esto las veces que sea necesario quedan implícitos con mi verso y con mi brazo, como he dicho en varias publicaciones. Sin lugar a dudas, esta es una experiencia que lo cambia todo para todos”.

En San Antonio del Sur, específicamente en el poblado de El Salado, cada artista de Granma convirtió sus manos en una herramienta de amor y dedicación. Allí, el escenario era el barro que cedía ante el empuje de los brazos. Los aplausos fueron sustituidos por el agradecimiento de quienes veían renacer su hogar entre la desolación.

Con cada escombro levantado y cada gota de sudor derramada, los artistas hallaron una nueva forma de expresarse. Las melodías resultantes del trabajo, resonaban en el latido de una comunidad que, aunque herida, se erguía con fuerza indomable.

Las manos hábiles para crear arte, ahora tejían un hilo de unidad entre los habitantes y erigían un canto nuevo: el de la esperanza emergiendo de la tormenta, el de un nuevo comienzo floreciendo entre el barro. Así, en medio de la devastación, la verdadera obra de arte emergía: la entrega de la solidaridad.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *