El conjunto de Niquero parece decidido a regresar a una final de la Serie Provincial de Béisbol (SPB), como en el 2017, cuando quedó a las puertas de su primer título. Al menos, esa es la imagen que deja en la presente versión.
Lo de los Tiburones va en serio: dominan la hexagonal con cinco triunfos y un solo revés, por delante de los elencos de Bayamo (5-2) y Campechuela (4-2), los que más coronas acumulan, con 20 y 11, respectivamente.
Como si fuera poco, la tropa que dirige Vismar Salazar presume de ser uno de los pocos equipos que ganó una subserie a los Incendiarios. Hace dos fines de semana, arrancó par de victorias a los de la Ciudad Monumento Nacional; antes, en la clasificatoria, lo hizo Cauto Cristo.
Ese resultado, inesperado para muchos, atizó la lucha por el avance a la disputa de la corona, a la que accederán los dos primeros lugares y no pocos concedían su favoritismo a bayameses y a campechueleros.
Los alumnos de Salazar que, también, barrieron a Serranos de Buey Arriba (1-7), se han encargado de poner en dudas esos vaticinios, en gran medida, por la indiscutible fortaleza en su pitcheo de primera línea, con los derechos Juan Danilo Pérez y Lismay Ferrales a la cabeza, y con el cerrador Carlos Santana, el refuerzo manzanillero.
La buena defensa, además, ha sido otro baluarte que ha ayudado a opacar –en algo- la discreta ofensiva. Con esos atributos y la incuestionable cohesión de los peloteros, los Tiburones quieren llegar lejos, como hace siete años.
Sin embargo, otro reto no menos exigente se asoma en el horizonte para los de la Portada de la Libertad: asumir el resto del calendario lejos de su estadio Tirso Hidalgo, donde ya acogieron los dos compromisos programados.
Y para agregar más picante a esa batalla, después de visitar a los Guerreros de Bartolomé Masó (3-4), hoy y mañana, y a los Camaroneros de Río Cauto (3-5), les resta el cotejo con los Azucareros, en el parque 26 de Diciembre, correspondiente a los primeros enfrentamientos de la hexagonal, los días 9 y 10 del actual mes.
El encuentro inicial no pudo llegar a su fin, al sellarse con igualdad en la pizarra (1-1), cuando se jugaba la octava entrada con Regla Schiller incluida. Con el desenlace de ese y los otros dos partidos, debe definirse la suerte de ambos elencos e, incluso, los protagonistas de la gran final.
Aún queda historia por contar en la edición XLVII de los clásicos granmenses. Ojalá los Tiburones niquereños sigan siendo protagonistas por el bien de su afición y de la pelota aquí.
Los duelos Bayamo-Buey Arriba y Río Cauto-Campechuela completan el programa de este fin de semana, con los segundos en rol de home club.