En torno a los mensajes de los odiadores sobre el ministerio de cultura cubano

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Por Cubadebate | 16 noviembre, 2025 |
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Una vez más los enemigos de la Revolución se empeñan en detractar la cultura cubana. Es difícil de creer a ojos cerrados en las redes sociales, ese espacio de ambigüedad y complicidades malsanas donde se mueven los más grandes bulos referentes a Cuba en lo político.

En ellas circula actualmente un mensaje sobre supuestos hechos de corrupción en el Ministerio de Cultura. Diabólica y grosera jugada propuesta por los enemigos para orquestar una campaña de descrédito y difamación, no solo contra dicho Órgano de la Administración Central del Estado, sino también contra los funcionarios del mismo y, de paso, contra la Revolución.

Risible resulta cada nota de ese espacio denominado La Tijera, en su descomunal ataque contra la cultura cubana en las figuras de sus dirigentes. Cada nota transluce un odio visceral contra la Revolución: tratan de mostrarse como denunciantes para generar un descrédito contra dicho Ministerio y fraguar la desunión; en ese empeño utilizan las etiquetas y redes sociales más populares.

Triste y abominable esa actitud de los odiadores, porque ellos saben lo que significa la cultura de un país, y por eso la atacan. Los intelectuales cubanos, que conocemos de tales mecanismos de difamación, en estos momentos tan singulares que atraviesa el país, reconocemos mayoritariamente que somos una nación soberana que cuenta con instituciones sólidas y limpias, donde es imposible el desarrollo de una trama tan turbulenta y macabra, y en apariencia impune, como la que describe esa mellada “tijera”.

Al pueblo cubano nunca se le podrá dividir con mensajes de odio, por eso creemos oportuno fijar nuestra posición ante esta mediática campaña con la que los enemigos de la Revolución intentan destruirnos en el terreno simbólico.
Es un privilegio para todo el pueblo cubano que exista un Ministerio de Cultura como el nuestro, que no escatima esfuerzos, inteligencia y honestidad en aras de consolidar la cultura como una de las mayores y más sólidas conquistas de la Revolución.

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