
Aunque el programa de reforestación experimentó una mejoría en el 2017, sus resultados son insuficientes en la provincia de Granma.
Necesita incrementar los indicadores de logro y supervivencia en las siembras y una planificación objetiva de los planes de plantación forestal, a partir de los recursos disponibles, para evitar el reiterado incumplimiento que cada año se atribuye a la falta de buldoceo de la tierra.
Según un reciente análisis el 2018 deberá concentrarse los esfuerzos en detener el decrecimiento en las plantaciones, el tratamiento silvicultural y reconstrucción de los bosques, además de favorecer su protección contra los incendios.
El propósito es que las áreas boscosas crezcan, ganen en calidad y productividad para preservar el medio ambiente y puedan hacer notables aportes a la economía territorial.
Virarse para la reforestación es una tarea insoslayable, porque de ello depende el desarrollo forestal sostenible y la existencia de la vida humana.