
Desde mucho antes de la creación del Programa de Desarrollo Integral de las Montañas, más conocido como Plan Turquino, el sistema de Salud Pública cubano había logrado expandir sus beneficios a todas las comunidades montañosas masoenses.
Solo que, después del 2 de junio de 1987 en que viera la luz este programa bajo la égida de Raúl, se han multiplicado las bonanzas de la Revolución, gracias en parte a la creación de 26 Consultorios del Médico de la Familia, donde existe cobertura médica total y comunicación continua mediante diversos medios.
Los beneficios de la salud en nuestras montañas llegan a una población dispensarisada de unos 9 mil pacientes, quienes reciben de una atención constante, cercana y diferenciada, con servicios adecuados y oportunos, incluso en sitios de muy difícil acceso, precisa la Dra. Neris Lena Tamayo Siré, Directora General de Salud Pública en Bartolomé Masó.
“Tales atenciones propician la realización cada año de consultas y acciones de terreno, en el seguimiento a pacientes con enfermedades crónicas y en particular a los casos de ingresos domiciliarios reportados, así como proyecciones comunitarias y trabajos integrales en barrios vulnerables con la presencia de profesionales de diferentes especialidades médicas”.
“Ellos realizan actividades de promoción de salud, prevención y educación comunitaria. También llevan a cabo talleres y charlas sobre temas relevantes como la salud sexual y reproductiva, la nutrición y el cuidado infantil. Su trabajo es crucial para empoderar a la comunidad y fomentar hábitos saludables”.
El Programa Materno Infantil sigue siendo uno de los baluartes fundamentales de la atención médica que se brinda a pacientes del Plan Turquino masoense con el reto de mantener en cero el índice de mortalidad infantil y de impulsar un mayor número de nacimientos.
“El seguimiento del embarazo es una prioridad para nosotros. Contamos con programas específicos dirigidos a jóvenes y adolescentes, donde ofrecemos educación sobre salud sexual y reproductiva, así como atención prenatal regular”.
“Realizamos visitas domiciliarias para monitorear el estado de salud de las embarazadas y asegurarnos de que reciban la atención necesaria. Además, trabajamos en colaboración con escuelas para sensibilizar a los jóvenes sobre la importancia de la planificación familiar y el cuidado durante el embarazo”.
Otro de los programas que se trabaja con preferencia en zonas del Plan Turquino masoense es el estomatológico, al realizar anualmente más de mil 500 consultas en los 4 sillones fijos ubicados en estos lomeríos, cada uno de ellos en sitios de gran afluencia como Las Mercedes, Providencia, San Lorenzo y Vegas de Jibacoa.
Al decir de la Dra. Neris Lena, uno de los principales desafíos de su personal es la movilidad, ya que muchas comunidades serranas son de difícil acceso.
“Sin embargo, estamos trabajando en mejorar esta situación mediante la planificación adecuada de rutas y horarios para garantizar que nuestros equipos médicos puedan llegar a todas las áreas necesarias”.
“Un logro logístico muy importante en estas zonas es la reincorporación de un transporte de montaña (ambulancia) para la atención a las emergencias y otros casos reportados, siempre y cuando la disponibilidad técnica y de combustible para el mismo lo permitan”.
“Queremos minimizar los impactos de carencias y limitaciones en la población y nuestro aporte es brindarles un sistema de salud inclusivo y accesible para todos, donde cada persona reciba atención integral y de calidad, basado en nuestra arma fundamental que es la prevención de enfermedades y la promoción de un estilo de vida saludable entre nuestras comunidades”.
Lo conseguido por el Sistema de Salud Pública en estas montañas es expresión fecunda de cuanto se ha hecho aquí por elevar la calidad de vida del montañés y propiciar su desarrollo de forma integral.