
Desde su nacimiento el 26 de abril de 1952, en Yara, Osvaldo Ramón Parra Serrano ha sido un amante de la historia y la cultura. La primera de sus pasiones le nació desde pequeño, cuando visitaba a sus abuelos maternos en Tínima de Bueycito, y quedaba sorprendido por los bellos cuadros que de diversos patriotas había en aquella casona grande de tabla, guano y piso de tierra, y las narraciones que sobre las guerras hacía su abuela.
Al concluir el servicio militar, en 1972, comenzó a trabajar como profesor de Historia en la secundaria Rafael Merchán de Manzanillo, ocupando posteriormente la responsabilidad de jefe de cátedra, a lo cual se unió la maravillosa experiencia de impartir, junto a otros profesores, un curso preparatorio a personas adultas para ingresar en la universidad.
En el año 1976 se trasladó a la primera secundaria básica construida, en su municipio, llamada Grito de Yara: “Me inicié como jefe de cátedra, al año siguiente me desempeñé como subdirector y en 1983 como director. Luego ocupé cargos en diferentes centros educacionales y en la Dirección municipal.
“A finales de los años 90 de pasado siglo, pasé a ocupar la responsabilidad de director municipal de Cultura, y fortalecí el trabajo con la historia, priorizando los sitios, la atención al Museo municipal y logrando develar, en 1999, la escultura del cacique Hatuey.
“En 2006 regresé a Educación, logré hacer una maestría, y me desempeñé como jefe de la carrera de Humanidades de la Filial pedagógica de Yara, y como metodólogo de varias enseñanzas, siendo mi último trabajo en el Nivel Medio Superior.
“Retorné en el 2018 a Cultura para ocupar la plaza de especialista principal en el Museo municipal y luego, en 2019 y 2020, asumí la dirección y con ella la restauración capital y el montaje museográfico.
Por su consagración al trabajo, los resultados investigativos, la promoción de la historia, además de sus aportes culturales, se le dedicó -este año- la trigésimo novena edición de la Jornada de la cultura de Yara.
En su larga trayectoria intelectual resalta su aporte a la creación de una enciclopedia digital sobre el mencionado municipio, la elaboración junto al historiador José Pedro Salgado Hernández de la síntesis monográfica de la historia local, el otorgamiento de diferentes reconocimientos, entre los que sobresalen distinciones de la Unión de Historiadores de Cuba (Unhic), la Sociedad Cultural José Martí (SCJM), la Universidad de Granma, el Premio Alma Mater (2010), Maestro del siglo XX; además del de Hijo Ilustre de Yara y el Símbolo de la Ciudad.
Actualmente, es vicepresidente de la filial Granma de la Unhic y miembro de la junta provincial de la SCJM, organización a la que pertenece porque es un ferviente admirador del Apóstol, pues según sus declaraciones, él constituye una brújula salvadora en estos momentos, no en balde decía: “La patria no es de nadie: y si es de alguien, será, y esto solo en espíritu, de quien la sirva con mayor desprendimiento e inteligencia”. Por eso el mártir de Dos Ríos es su faro y escudo en estos tiempos complejos.