Un buen corazón

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Por Angélica Maria López Vega | 12 mayo, 2021 |
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FOTO/ Angélica M. López Vega

Maricet Hernández Castro apenas sobrepasa los 30 años, el fulgor en sus ojos cada vez que habla de su profesión te deja ver con claridad la pasión que siente por la enfermería.

Graduada desde el 2013, dedica sus días y noches, hace más de dos años, a trabajar con los ancianos que viven en el Hogar Lidia Doce del municipio de Bayamo.

“Es una labor hermosa pero complicada porque los ancianos son como niños pequeños, es como si volvieran a nacer, algunos son testarudos, entonces hay que mimarlos y sobrellevarlos.

“Cuando tratas a las personas con el cariño y el amor que se merecen te lo retribuyen. No podemos olvidar que ellos son dejados en el hogar porque su familia no puede cuidarlos o quizás porque su destino fue terminar ahí.

“Al final, es como si fueran tus abuelos y debes tratarlos igual. Debes cuidar tus palabras para no herirlos o hacerlos sentir incómodos, porque son muy sentimentales.

“Uno le va cogiendo cariño a todos; pero siempre tiene a alguien especial tal vez por su forma de ser o porque lo ves más vulnerable, es una edad dura y más cuando se sienten solos.

“Allí se trabaja con ancianos que debemos bañar, vestir, darles la comida, tenemos algunos que son discapacitados y otros que no se pueden valer por sí mismos.

“Tiene que gustarte tu trabajo, tienes que sentirlo, los pacientes se merecen la mejor atención y para eso lo primero que debe tener una enfermera es un buen corazón.”

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