Por una vejez activa y saludable

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Por María Valerino San Pedro | 23 febrero, 2023 |
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FOTO Luis Carlos Palacios Leyva

El envejecimiento es un fenómeno natural e indetenible, que en Cuba supera el 18 por ciento de la población con 60 años y más, y se espera que en 2025 alcance más del 25 por ciento de la totalidad de habitantes.

Siendo así, nos parece oportuno referirnos al envejecimiento y el temor que casi de manera generalizada sentimos las personas por esa nueva condición de vida, conocido también como gerascofobia.

Se han generado estereotipos en torno al hecho de exceder las seis décadas, de los cuales parten sentimientos negativos, ligados a aspectos como la soledad, la tristeza, las arrugas y las enfermedades, lo que no debe ser por fuerza síntoma de debilidad o fragilidad, sino lo inverso, sabiduría y experiencia. Todo depende de cómo se enfoque y el prisma desde el que se mire.

Especialistas en Geriatría y Sicología sugieren entender el ciclo vital y sus cuatro etapas, infancia, juventud, adultez y vejez, y aprender a disfrutar cada una de ellas; mantener una actitud factible, hacer las cosas que más nos gusten y sentir el envejecimiento como un privilegio; centrarse en aspectos positivos, y llevar una vida saludable, acompañada de buena alimentación y ejercicios físicos.

También señalan como aspectos esenciales para entender y asumir la vejez, ser pacientes, porque el cambio de mentalidad es gradual, y requiere de tiempo; vivir el presente, es decir, no generar expectativas que puedan producir ansiedad o depresión, sino vivir el hoy y disfrutarlo, porque cada día es un regalo; y el acompañamiento, rodearse de seres queridos o de quienes también son adultos mayores.

El Programa Integral de Atención al Adulto Mayor en nuestro país, instaurado desde 1996,  apuesta por una vejez activa y saludable, por ello existen hogares de ancianos, casas de abuelos con plazas para quienes presentan deterioro cognitivo, incremento de los servicios de Gerontología y Geriatría, especialidad vinculada a los ancianos, actualización de la estrategia nacional para la enfermedad de Alzheimer, con consultas de memoria en los servicios de larga estadía de los hospitales siquiátricos, y fomentar la inclusión de este grupo en las tareas económicas, políticas y sociales, y el empleo mayoritario de las personas aptas para trabajar.

No obstante, están por delante múltiples retos, como la intersectorialidad, que puede ser superior desde los barrios; además, continuar educando a la población para, antes de cumplir 60 años, desechar hábitos tóxicos, dañinos, para cuando lleguen a la ancianidad, no arrastren achaques resultado de malas y nocivas costumbres.

Es también un desafío hacer más en las comunidades para ayudar a los longevos a integrarse plenamente y a que no falle el vínculo del médico y la enfermera de la familia con ellos, pilar para la orientación en esta etapa de cambios.

De acuerdo con el Artículo 88 de la Constitución cubana: “El Estado, la sociedad y las familias, en lo que a cada uno corresponde, tienen la obligación de proteger, asistir y facilitar las condiciones para satisfacer las necesidades y elevar la calidad de vida de las personas adultas mayores. De igual forma, respetar su autodeterminación, garantizar el ejercicio pleno de sus derechos y promover su integración y participación social”. Esas garantías, además, son reforzadas y ampliadas en el nuevo Código de las Familias.

De esta forma se garantiza en la Mayor de las Antillas, desde la ley,  un entorno seguro para este segmento poblacional, que por sus limitaciones sicológicas, sociales y biológicas les hacen exigir cuidados especiales para una mejor calidad de vida.

 

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