
El programa de preparación ante desastres de la Comisión, conocido como Dipecho por su nombre en inglés (Disaster Preparedness ECHO), analizó las vulnerabilidades de la producción de alimentos asociadas a la sequía en el municipio granmense de Jiguaní.
Esta herramienta permitió conocer, ante un evento de sequía prolongado, cuáles eran los factores que incidían negativamente en la producción agropecuaria de cada una de las bases productivas del municipio.
La licenciada Meisel Ramos Lores, especialista del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), refiere que esta segunda parte se basó en la identificación de las principales vulnerabilidades de las 31 bases productivas de la producción de alimentos ante la sequía.
Se aplicó una herramienta creada por un equipo multidisciplinario nacional que contó 30 indicadores y cuatro variables: producción pecuaria, cultivo, agua y suelo.
“Los resultados arrojaron que las principales vulnerabidades están concentradas en las variables cultivo con el intercalamiento de cultivos, el uso de variedades tolerantes a la sequía y resistentes a plagas.
“En la variable producción pecuaria los principales indicadores fueron la disponibilidad de agua y alimento y la no división en cuartones.
“En el caso de la variable agua se detectaron problemas con el sistema de riego eficiente así como el poca disponibilidad de agua y pocos recipientes de almacenamiento”, explica Ramos Lores.
A raíz del proyecto se realizó un plan de acción para cada base productiva teniendo en cuenta las vulnerabilidades.
“Jiguaní fue el municipio seleccionado porque es uno de los que más incidencia tiene en la sequía y por ser uno de los polos productivos más importantes de la provincia”, acota Ramos Lores.