“Al Partido se viene a darlo todo y a esperar nada, o sea, a dar lo mejor de cada uno”. Así dice Mondejar, sin levantar la mirada del expediente que repasa una y otra vez. “Sí, porque tanto el militante como el trabajador profesional,  en una doble condición, tenemos que ser ante todo ejemplo”.

Moldeado en la convicción de ser fiel a un ideal, a un principio, Yoendris Mondejar Beltrán es uno de los jóvenes dedicados a la labor profesional en la estructura auxiliar del Comité Municipal del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Manzanillo.

“Como lo establece nuestra Constitución en el artículo cinco, el Partido es el órgano rector de la sociedad, y sus militantes debemos constituir realmente la garantía de la continuidad del proceso que estamos defendiendo”.

Desde el 2013 comenzó su andar entre las filas que “representan sacrificio, consagración, concepción heredada de mi transitar por la Unión de Jóvenes Comunistas, que fue una escuela. Me formó, aportó conocimientos y movió esa fibra de compromiso que cimienta el amor a la patria y la aspiración de seguir, cuál hijo, el ejemplo de vanguardia de un padre”.

Primero como técnico de documentación y control, y hace media década al frente de lo que respecta a la vida interna de la militancia comunista manzanillera, Mondejar se ocupa de procesos políticos complejos como el crecimiento o ingreso, las sanciones y la desactivación.

Por un lado, comprobar la integridad e integralidad que aseguran la entrada a la organización, y por otro velar que se cumpla la disciplina partidista, son motivos de sus desvelos. “Que se apliquen los reglamentos y los estatutos, que se lleve a cabo la política según lo establecen los documentos rectores, son constantes”.

Seriedad y responsabilidad, modestia y sencillez, le aseguran el éxito de su faena, cualidades que también han de caracterizar al aspirante. “Entre tantas condiciones, la más importante es ser patriota, defender la Patria por encima de los intereses personales; o lo que es igual, lo colectivo superponiéndose a lo individual. Es lo primero.

“El resto-confirma, son aptitudes y habilidades que permiten al hombre ser íntegro tanto en lo laboral, ante la sociedad como en la atención a la familia. Lógicamente no hay personas perfectas, pero nos corresponde dentro de la organización lograr que seamos cada vez mejor”.

Ese fin edificador es el que condiciona la otra mitad de sus funciones. “Es complejo, afirma, porque resulta difícil evaluar a las personas que por años conoces. Sin embargo, es preciso cumplir con rigor. Como dijo el Comandante en Jefe: no se puede ser implacable, pero tampoco se puede ser tolerante. Nos corresponde a nosotros que se aplique la justa medida, para dar igualmente el justo ejemplo”.

Siempre en la primera línea se le puede encontrar, “cumpliendo misiones, pero con el respaldo de héroes anónimos que están detrás. La permanencia y la eficacia dependen de un colectivo que te respalde, tanto la familia como los compañeros a nuestro alrededor”.

A ellos Yoendris Mondejar lega su ejemplo, de hombre capaz, presto a entregar su experiencia, y soldado leal a una doctrina, que encuentra fuerzas en el corazón del pueblo.