Amado Hamut Moreno: Hombre de espalda ancha y mano segura

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Por Sara Sariol Sosa | 25 agosto, 2017 |
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Nuestro José Martí, Maestro de maestros, escribió un día: “El que ha ocupado su vida en crear y transformar fuerzas, y emplear las propias, tiene el ojo alegre, la palabra pintoresca y profunda, las espaldas anchas y la mano segura”.

Acaso fue ese principio el que sustentó siempre a Amado Hamut Moreno, el revolucionario granmense que este 24 de agosto, antes del amanecer, a los 61 años de edad, decidió hacer un alto en su vida material, para seguir trascendiendo en la memoria de tantos y tantos hombres y mujeres que aprendieron a estimarlo y a respetarlo desde el momento justo cuando lo conocieron.

Falleció el destacado revolucionario Amado Hamut Moreno

Amado, fue la forma más elocuente que todos coincidentemente escogieron para llamarlo, porque  su nombre por virtud, expresaba  esa sencillez interior  que, a la vez  y sin proponérselo,  hacen a los seres humanos inmensos.

APUNTES DE UNA TRAYECTORIA

Hijo de obrero y de ama de casa, comenzó a dejar su huella en el pensamiento y el accionar de muchos,  desde que cursó la enseñanza secundaria, etapa en la que sus méritos de joven destacado y comprometido,  lo llevaron a ser propuesto por sus compañeros, primero como presidente de las Brigadas Estudiantiles José Antonio Echeverría y, luego,  como máximo dirigente de la Feem en la Región de Bayamo.

A esa última organización continuó sirviendo como presidente en la antigua provincia de Oriente (de 1971-1973) y presidente nacional (1973-1975), un tiempo en el cual aportó ideas y entusiasmo en congresos de monitores, de la propia organización juvenil y en el segundo cónclave de la Unión de Jóvenes Comunistas.

En el Instituto de Ciencias Agropecuarias de La Habana se hizo ingeniero pecuario, estudios a los cuales se dedicó, aunque no le impidieron aportar a la organización estudiantil universitaria (FEU) en esa casa de altos estudios, de la cual también  fue presidente y dirigente de la UJC.

Hamut Moreno se estrenó como trabajador en 1980, o mejor como profesor,  en el Instituto Superior Pedagógico para la Educación Técnica y Profesional de Ciudad de La Habana, y esa misma misión lo llevó poco después al Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de Bayamo, hoy Universidad de Granma, y centro que marcó su ingreso a las filas del Partido.

En 1986,  este granmense, para quien el deber y el compromiso fueron partes consustanciales de su vida, fue promovido al trabajo profesional de la UJC, como primer secretario de la organización en el municipio de Bayamo; al siguiente año se desempeñó como segundo secretario del Partido en Media Luna, y luego fue promovido a primer secretario, responsabilidad en la cual se mantuvo desde 1987 a 1993.

Ese último año formó parte  del Buró provincial del máximo organismo político en la provincia de Granma y dos años después quedó electo como su primer secretario, etapa  (hasta 2001) en la que los granmenses del llano y la montaña lo recuerdan en un constante ir y venir, dedicado en cuerpo y alma al avance económico, productivo y social del territorio.

Amado Hamut fue delegado al IV y V congresos del Partido, y en este último cónclave integró el Comité Central, honor que le asistió hasta el 2011.

De 1995 a 2013 fue diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, organismo en Granma que lo tuvo, desde el 2003 y hasta su último hálito de vida, como secretario de su Consejo de Administración provincial.

AMADO, EL SER SENCILLO

Alguien ha comentado a propósito de su deceso que, quizás no haya pasado nunca por la sede del Gobierno, un cuadro que tanto llegara al corazón de los trabajadores del colectivo, a quienes ni un solo día los privó de un saludo animoso y de una sonrisa de esas, que hacen que a cualquiera se le insufle el cariño.

Entonces, no son casuales esos tantos mensajes que se agolpan por llegar mediante los teléfonos, en las redes sociales, en la página Web de  La Demajagua

Fue precisamente en esta última donde Manuel Pérez Suárez escribió: “descanse en paz un gran hombre y revolucionario, padre, hijo, esposo, amigo, cuadro afable y sencillo”.

Para Carmen Gálvez “murió el hombre cabal, revolucionario sin límites, sencillo y honesto que recordaremos siempre”, mientras Wilder Santiesteban, traía a colación aquella sentencia también del Apóstol que asegura, “que la muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida.  Ese es tu caso Amado”, tributó.

En ese mismo sitio digital, Daniel Silveira anotó: “Hermano, tu ejemplo será siempre fuente de inspiración  para las actuales y futuras batallas”.

Con esa seguridad partió Amado Hamut Moreno, ese granmense de palabra pintoresca y profunda que en función de máximo dirigente político granmense, en discurso pronunciado el 10 de octubre de 1995, convocó:

“Por encima de cualquier interés territorial, empresarial o individual  están los intereses de la Revolución”.

Esa fue su máxima.  Esa constante voluntad de transformar fuerzas y emplear las propias, fue la que, más allá de su partida física, lo hará trascender en el tiempo, entre esos revolucionarios comprometidos que al decir de Martí, tienen espaldas anchas y manos seguras.

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  1. Amado Hamut Moreno, fue mi amigo, comapñero, no solo por las realaciones de trabajo, sino también por sus virtudes, cualidades humanas, por su consagración al trabajo, por sus principios revolucionarios, por la fidelidad a la Revolución, no olvidaré sus enseñanzas en la defensa de la Patria, su honestidad, modestia y sencillez. Hombres como este no mueren. Hasta siempre compañero y amigo.