Tal proyecto se realiza en coordinación con la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) que busca llevar al nivel de las comunidades el necesario diálogo entre sostenibilidad y urbanismo.
“Río de Janeiro es una fusión admirable entre naturaleza y cultura, su arquitectura antigua y la moderna, resultado de una creación innovadora desde mediados del siglo XIX, lo que hace de ella un lugar de una belleza excepcional que ha merecido la admiración de numerosos autores, intelectuales y viajeros de todo el mundo”, afirmó en París el subdirector general para Cultura de la Unesco, Ernesto Ottone.
Según Ottone, la ciudad brasileña, la tercera mayor de América Latina, resulta “un ejemplo logrado de revitalización del centro histórico urbano, de un espacio público abierto a todos”.
En esa misma línea, el presidente de la UIA, Thomas Vonier, aseguró que Río “tiene todos los atributos para ser una maravillosa primera capital mundial de la arquitectura”.
Consideró que es la mejor urbe “para subrayar los desafíos que afrontamos en nuestra sociedad y en nuestras ciudades con una población creciente, joven, que tiene muchas necesidades y con mucha gente viviendo en condiciones difíciles”.
En 2012, la Unesco concedió a Río el título de patrimonio cultural mundial en la categoría de paisaje urbano.
La designación como capital mundial de la arquitectura implica muchas responsabilidades. Durante todo un año, Río será el punto de encuentro de arquitectos, planificadores y formuladores de políticas, pero también de artistas y escritores que reflexionarán sobre los desafíos globales de la perspectiva de la cultura, el patrimonio cultural, la planificación urbana y la arquitectura.
En un mensaje de vídeo, pues no pudo viajar a París, el alcalde de Río, Marcelo Crivella, confirmó el compromiso de toda la urbe y sus autoridades ‘de transformar el 2020 en un marco en la historia cultural de la ciudad’.
Además de la visibilidad internacional, “tendremos la oportunidad de ampliar la relación de pertenencia de los habitantes de nuestra ciudad con su patrimonio histórico y arquitectónico, difundiendo y preservando ese acervo”, subrayó.
Fundada como San Sebastián de Río de Janeiro, la ciudad fue la capital del reino de Portugal entre 1808 y 1822 y del imperio del Brasil desde 1822, cuando la nación declaró su independencia del país luso y conservó ese rango hasta la inauguración de Brasilia, en 1960.