Este jueves quedó inaugurada la muestra museal transitoria “Cambula: partícipe de la alborada”, en el Museo casa natal Carlos Manuel de Céspedes, como parte de la jornada patriótica “Por la ruta del fundador.”

La expo, exhibe exponentes pertenecientes a Candelaria Acosta Fontaine, joven de 17 años que bordara con sus manos la bandera diseñada por Carlos Manuel de Céspedes para simbolizar el estallido de la revolución cubana y enarbolarla el 10 de octubre de 1868.

“Entres estas fuentes primarias expuestas en una vitrina, encontramos cintas y letras que envolvieron las ofrendas florarles en el segundo aniversario de la muerte de Candelaria, el 23 de mayo de 1935; dos accesorios del ataúd de Candelaria y una fotografía tomada en el Palacio provincial de La Habana, cuando fue condecorada con la orden nacional de mérito Carlos Manuel de Céspedes, el 22 de febrero de 1928”, comentó Ana Teresa Armas Mojena, especialista del museo.

“Estos accesorios, nunca han sido expuestos al público. Los accesorios del ataúd, por ejemplo fueron donados hace dos años por una biznieta de Candelaria Acosta, desde entonces integran la colección de esta institución.

“El resto de las piezas fueron legadas por otros familiares, aunque nunca fueron expuestas. La muestra estará durante un mes en ese recinto, pasado ese tiempo, pasarán a su respectiva área de conservación”, explicó Ana Teresa.

Según el sitio digital cubainformatica.com, la bandera del 10 de octubre, fue cosida por Candelaria con un tamaño casi cuadrado, pues medía 1.30 metros de ancho por 1.26 de largo. Tenía una combinación de tres campos: uno blanco y otro rojo en la mitad superior y uno azul celeste en la mitad inferior. Tenía una estrella de cinco puntas de color blanco sobre el cuadro rojo, dibujada por Emilio Tamayo, el abanderado designado por Carlos M. de Céspedes para izarla al día siguiente en el batey del ingenio.

Candelaria, de solo 17 años, era hija de Juan Acosta, mayoral del ingenio “La Demajagua”, propiedad de Céspedes. Había nacido en Veguitas, zona en el oriente de la isla, el día 2 de febrero de 1851, y desde niña sentía un apasionado amor por este bayamés.

Cuentan que después de calculada la cantidad de tela necesaria para confeccionar la bandera, enviaron el pedido a los establecimientos comerciales de Manzanillo y que ante su llegada tardía, Candelaria confeccionó el estandarte con telas suyas.

Según el sitio digital primochuchi.blogspot.com, fue utilizado el cielo del mosquitero de una cama para obtener el rojo, que resultó ser un rosado subido; cortó un pedazo de una tela, probablemente de hilo fino que días antes había guardado para hacerse un corpiño y por último un vestido azul completó la demanda. El hecho de no ser Cambula una costurera experta imposibilitó, quizás que hubiera salido mejor la tarea, pues no pudo hacerse con las medidas exactas desde el punto de vista rectangular

“Tarde en la noche del 9 de octubre de 1868 ya la estaba entregando, para que en la mañana siguiente pudiera ser izada como guía de la cabalgadura de los corceles briosos en la marcha para la conquista de la libertad y la abolición total de la esclavitud padecida en nuestro país”, acota el sitio digital.

Cambula acompañó a Céspedes en su vida mambisa hasta que el día 9 de septiembre de 1871 él la embarcó hacia Jamaica. Al terminar la guerra del 68 volvió a Cuba. Sus restos reposan en el cementerio de Santa Ifigenia,  junto al de otros patriotas cubanos.