Quienes la conocen coinciden en afirmar que es muy difícil verla incómoda o que en su rostro no se dibuje una sonrisa, a pesar del cansancio por el fuerte desempeño, todos los días, de sol a sol, bien pegada a la tierra.
Marilín Martínez, madre de una pequeña de 10 años, reside en el barrio Moscú, de la comunidad de Las Novillas, de Manzanillo, y sus jornadas inician bien temprano en la mañana, cuando se alista, antes de salir a liderar a los seis obreros que trabajan en el huerto T 22-5.
“Aquí tenemos col china, berenjena, tomate, quimbombó y
boniato. Ahora estamos enfrascados en lograr semillas de la
primera mencionada, porque el país tiene que importarlas”
-El T 22–5 siempre está verde y bien cuidado…
-Dispongo de trabajadores maravillosos, que no descansan y
responden cuando los necesito, con esfuerzo y consagración.
“Desde la 6:00 de la mañana ya la gente está laborando en lo que
haga falta en el huerto, son cumplidores. Aquí vendemos los
productos en el ¨puestecito” y ahora incorporamos un ¨bicicletero”, que va a las comunidades cercanas y a las
instituciones priorizadas: a los hogares maternos y al de ancianos, y al Centro penitenciario.
-¿Cómo trabajaron en 2020 y este año, complicados por la Covid-19?
-No hay sido fácil, sin descuidar las medidas higiénico-sanitarias,
para evitar enfermarnos, somos muy celosos con el uso correcto
del nasobuco, el lavado de las manos y siempre estoy detrás de la
más mínima coriza de los obreros agrícolas.
“El año pasado fue bueno desde el punto de vista de los
resultados; las ganancias mensuales casi siempre sobrepasan
los 30 mil pesos. Estamos muy contentos con el incremento
salarial, que respaldaremos con más producciones, porque lo
necesita el país y, sobre todo, el pueblo.
-¿Es complejo, implica mucho sacrificio?
-No se me ha hecho difícil, porque lo disfruto. Sí implica mucho
esfuerzo, pues tengo familia, pero me apoyan, la niña y mi esposo
colaboran en el hogar con los distintos quehaceres, si bien a mí
me gusta hacer todo en la casa”.
Marilín ha dedicado 20 años de su vida al trabajo en la agricultura,
rama que para su avance más allá de recursos, valora, también
precisa del tesón de los trabajadores que tienen los pies bien
puestos en el surco.
“El esfuerzo y sacrificio no solo de los obreros agrícolas, también
de los técnicos, especialistas y funcionarios que apoyan nuestro
desempeño, para que no decaigan los frutos ni los ánimos.
“Nuestra tarea es fundamental y ahora más que hay muchas
perspectivas de crecimiento para esta área, desde la cual ya los
productores iniciaron el aporte a la exportación de alimentos, con
el envío de las primeras toneladas de tomate que se procesaron
en la Empresa mixta Tropical Contramaestre, de Santiago de
Cuba.
“Lo más importante es sonreír y no dejar de soñar, de trazarse
nuevas metas cada día y trabajar siempre por cumplirlas”.
A solo unas jornadas de la celebración del aniversario 61 de la creación por Fidel y Vilma de la Federación de Mujeres Cubanas, la manzanillera Marilín Martínez evidencia que para las cubanas no hay imposibles, cuando a cada desafío anteponen la hermosa sonrisa para trabajar y seguir avanzando.