“Me sigo buscando en la poesía”

Share Button
Por Anaisis Hidalgo Rodríguez | 29 agosto, 2015 |
4

Alexánder Aguilar LópezAlexánder Aguilar López, cuyas pupilas se abrieran a este mundo en 1975 y se graduara en la especialidad de Física y Electrónica, buscó la manera de quedarse gravitando entorno al punto cubano, desde que llegó a sus manos el primer libro de décima no tradicional. Entonces, comprobó que habían otros caminos por explorar y en ellos ha continuado hasta ahora.

Este guisero, poeta y narrador, ha obtenido premios y menciones en concursos nacionales y provinciales, entre los que se destacan el Premio del concurso nacional de glosas Canto alrededor del punto, en 2008, y en ese mismo año, mención en el concurso nacional Décima Joven de Cuba.

Su primer poemario publicado es un decimario: Bajo el pretexto de los días, dado a la luz por Ediciones Orto, de Manzanillo, Granma, en el 2009. Con su cuaderno Causas pendientes alcanzó el Premio nacional A la décima, 2010, Premio Juventud rebelde al mejor texto de poesía social; Fue Premio Cucalambé 2012; Fidelia 2013 y otros.

Sus textos son exponentes de una poética cuya madurez conceptual rebasa lo puramente realista y social, con una fusión de sólidas bases filosóficas.

En su formación, no exenta de retos, no pasó por alto autores como Carlos Esquivel, Eliseo Diego, Lezama, Carpentier, muchos de los cuales, imagino, haya repetido una y otras vez en sus lecturas mañaneras, minutos antes de emprender el goce de escribir, aupado por la soledad.

Si bien Alexander Aguilar ha sabido nutrirse de los maestros de la capaz de romper clásica espinela, también ha sabido encontrar el quid para crear una décima capaz de romper con la tradicional, no con el propósito de afrentarla, sino de exponer, más allá del paisajismo, al hombre en todas sus aristas: las guerras, los desastres ecológicos, el amor, el dolor, la alegría, sus creencias, pero desde una realidad social más acorde a su tiempo

En su obra es apreciable una ruptura desde el punto de vista formal y temático por medio del alargamiento del metro, la rima asonante, el discurso narrativo dentro de una poesía que habla del mito, la religión, la muerte, la desesperanza, la realidad, aderezados con ruego, ironía y existencialismo, pero desde una rebeldía literaria evidente, de la cual no puede prescindir, sin llegar a la soberbia, como tampoco de su realidad.

Para este escritor la espinela tradicional y la estrofa llamada hoy décima joven o moderna pueden convivir.

“La décima es una especie de provocación al verso libre. Vive de su propia sangre: el éxodo, la isla…son temas recurrentes en la literatura que cobran vida en textos como Los hijos que nadie quiso, de Escobar, Dichosos los que lloran, de Ángel Santiesteban.

“Nuestra décima crece del dolor de sus hijos, a diferencia de muchos países que se mezclan con la comercialización y la tecnología. La poesía cubana evoluciona. Muchos críticos hablan de estancamiento en el género, yo creo que está más vivo que en muchos países.

“No creo que haya un período de estancamiento. La crítica tiene que saber enfilar las letras y los cañones para asumir una postura. Hay más crítica inadecuada sobre poesía y arte, que el posible estancamiento del que se habla hoy.

“Es importante cultivar espacios para la cultura, trabajar en la promoción, en la divulgación y comercialización de libros, se consume poca literatura y poesía también. Debemos adoctrinar al pueblo de esos códigos que implementamos para escribir”, comentó el talentoso escritor.

Afortunadamente, creadores como el granmense Alexander Aguilar, aunque exploran otras aristas literarias siguen haciendo de la décima su huésped imprescindible: “Se hace difícil que los escritores cubanos pasen por alto su realidad. La ficción está cercana a esto. Uno nunca se encuentra. Me sigo buscando en la poesía. A pesar de que sigo un tono, intento no repetirme.”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *