Más de un millón de personas han visitado el Museo de Cera, de Bayamo, inaugurado hace hoy 12 años, y el que se propone incluir entre su colección a las figuras del poeta nacional Nicolás Guillén y del mítico boxeador cubano Teófilo Stevenson.

Exactamente, un 14 de julio de 2004, quedó abierto al público lo que sería la génesis de este museo, una  oportunidad única para los cubanos de apreciar el arte en cera, materializada a partir de un proyecto de la familia Barrios: Rafael Barrios Madrigal (padre) y los hermanos Rafael y Leander Barrios Milán.

Desde entonces la institución ha sido visitada por más de un millón de personas entre nacionales y extranjeros, lo que hace pensar que se puede viajar en el tiempo y lograr una intimidad impensable con figuras universales y exponentes de la cultura cubana.

“Amén de que el trabajo en cera tiene sus inicios en el siglo  XVII, despierta el interés del público que una familia granmense, los Barrios, autodidacta en esta labor de reproducir figuras a tamaño natural y policromadas, logren la autenticidad en cada pieza”, explica Ismary López Comas, fundadora y actual directora del sitio.

“Cuando usted se adentra en el museo distingue figuras humanas, bastante bien logradas, que parecen  estar vivas”, acotó.

Detalles como la peculiar sonrisa de Bola de Nieve mientras tocaba el piano, la mirada fija del Gabo en la distancia, sentado para escribir su próxima novela y el inmortal gesto de independencia de Céspedes al alzar su mano en La Demajagua en 1868, ilustran cercanía entre el espectador y estos exponentes de la historia y la cultura local y universal.

Pese a la genialidad alcanzada, los retos no faltan ante la exigencia de complacer a los visitantes que sugieren al transitar por el local otras personalidades.

Con ese propósito cada año se reúnen especialistas de Patrimonio y entidades gubernamentales para trazar el proyecto de una nueva pieza, en correspondencia con los intereses del museo y sugerencias del público.

“A partir de un trabajo de mesa, donde participan representantes de Cultura, Patrimonio, el Fondo de Bienes Culturales y especialistas de otros sectores, se somete a votación las propuestas, luego de una investigación”, aclara López Comas.

“En los últimos tiempo se incluyó en el proceso de selección el criterio de la familia de estos exponentes, entre ellos destaca la viuda de Gabriel García Máquez, quien donó objetos personales que hoy luce esa imagen”.

Más allá de trascender por la creatividad y la foto inimaginable para muchos, acompañados de una relevante figura, el Museo de Cera deja huellas en el día a día de los profesionales que lo sostienen como un baluarte y sobre todo un orgullo de la identidad local.

Allí, con apenas 18 años llegó Lisandra López Castillo, quien abandonó su perfil profesional para desempeñarse como una de las veladoras del salón principal.

“El museo ha sido una casa y una escuela para mí. He aprendido a trabajar en el mantenimiento y conservación del patrimonio que atesora la institución y sobre todo a comunicarme mejor”, precisó.

“El museo abre puertas para todo tipo de públicos, asegura por otra parte la especialista Aliuska Martínez Regueiro, quien explicó que mediante espacios socioculturales se llega a hogares de ancianos, casas de niños sin amparo familiar y a la propia comunidad para promover no solo el patrimonio sino los valores de cada uno de las personalidades emplazadas en cera.

Hace unos días, María del Carmen Chacón Quesada y su esposo saldaron una deuda consigo mismo.

“Tenía deseo de visitar el Museo de Cera para apreciar las figuras, de las que tanto se habla en La Habana, donde residimos”, cuenta con rostro alegre ella, mientras él no disimula lo sorprendido que le dejó la visita porque asegura “parecen reales”.

“Vinimos desde La Habana hasta aquí solo para ver todo esto”, dicen mientras antes de despedirse del distintivo sitio vuelven hacer una mirada panorámica para no olvidar nada.

Como este matrimonio, en lo que va de año más de 32 mil personas han hecho una parada en la ciudad de Bayamo para disfrutar del buen arte y el patrimonio local sintetizado en las 17 piezas que exhibe el recinto y a las que se pretenden sumar próximamente las figuras del poeta nacional Nicolás Guillén y del mítico boxeador cubano Teófilo Stevenson.

Hacerse una foto por estos días junto a personalidades como Ernest Hemingway, Grabiel García Máquez, Carlos Manuel de Céspedes o José Martí, pareciese una utopía o quizás una propuesta irracional, mas no lo es.

LOS DETALLES: • Los artífices de este proyecto –único de su tipo en Cuba- son Rafael Barrios Madrigal (padre) y los hermanos Rafael y Leander Barrios Milán. • Son artistas autodidactas. • Emplean cera natural de abeja. • Los primeros trabajos en cera de los Barrios se remontan a la década de los ´90 del pasado siglo en el montañoso municipio de Guisa, lugar de residencia de los artistas, y comenzaron con la reproducción de la flora y la fauna local y estampas serranas (peleas de gallos, arrias de mulos…). • El Museo de Cera tuvo su antecedente en la galería Cerarte, inaugurada el 14 de julio de 2004. Entre los principales atractivos estaban las figuras de, Polo Montañés, Compay Segundo Benny Moré, Carlos Puebla, Fabio Di Celmo, Rita La Caimana y Paco Pila. • Tres años después, el 29 de diciembre del año 2007, esta galería se convirtió en Museo y ocupó un nuevo espacio en el Popular Paseo General García. • Barrios Madrigal declaró “que la idea de reproducir figuras humanas fue de su hijo más pequeño (Leander) a raíz del fallecimiento de Polo Montañés”.

FOTOS / La Demajagua