Los campeones nacionales de Granma volvieron a dejar brechas y los Leones de Industriales se impusieron hoy, con pizarra de 1×0, para resucitar en el play off de cuartos de final, de la 61 Serie nacional de béisbol.
Imprecisiones en el corrido de las bases y un ataque improductivo, malograron la soberbia faena monticular del zurdo granmense Yunier Castillo y, de paso, la posibilidad de consumar la pollona sobre los Azules.
Los Alazanes dejaron anclados a 11 corredores (de ellos, seis en posición anotadora), mientras, en el quinto episodio, Castillo soportaba la única carrera del encuentro, un muro infranqueable para sus compañeros, que nunca encontraron el modo de borrar esa diferencia mínima.
Cuestionable resultó la decisión de su alto mando de sacrificar a Osvaldo Abreu en el séptimo, con dos corredores, lo que suponía que también perderían a Guillermo Avilés, como sucedió, al ser boleado intencionalmente.
Avilés fue el último bateador que entró en circulación por los orientales, porque el apagafuegos Andy Vargas completó el escón, con ponche a Carlos Benítez y rolata de Alexquemer Sánchez, y después retiró a los otros seis que enfrentó.
Antes de ceder el montículo a Vargas, el abridor Yandi Molina había regalado siete pasaportes gratis, pero se las ingenió para dejar en blanco a sus oponentes y, luego, apuntarse el triunfo.
Castillo, en una de las mejores presentaciones de su carrera, tiró cinco entradas perfectas de las ocho que estuvo encaramado sobre la lomita del estadio Latinoamericano y solo admitió par de sencillos, aunque el primero de Yamil Rivalta remolcó a Andrés Hernández, desde la intermedia.
Luego de dos out, el antesalista habanero había llegado a la inicial por boleto, el segundo y último que concedió el medialunero que, a la postre, incidió en el resultado y dio vida a los alumnos de Guillermo Carmona.
Con el match en su contra (1-3), los Leones buscarán su segunda victoria del cotejo, este martes, y los Alazanes tratarán de impedírselo, para asegurarse entre los cuatro grandes de la presente edición de los clásicos cubanos.
Los abridores del primer partido escenificado, en Bayamo, Pedro Álvarez y César García, deben subir al montículo del Coloso del Cerro.