Rescate del brigadier Sanguily: proeza de las tropas mambisas

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Por Gislania Tamayo Cedeño | 8 octubre, 2024 |
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Agramonte y sus hombres estaban acampados desde la noche anterior en el potrero de Consuegra, después de largas jornadas de lucha por las llanuras del Camagüey.

El brigadier Julio Sanguily pide permiso y se traslada al rancho-enfermería de la patriota Cirila López Quintero. El enemigo está cerca y fue sorprendido y capturado por una columna española, dirigida por el general Sabas Marín. Intentan alejarse del lugar, pero un sargento español lo hace prisionero.

Su acompañante logra huir y comunica lo acontecido. Rápidamente Agramonte envía a Henry Reeve, El Inglesito a que examinara el lugar donde se encontraba la columna española. Al regreso, conoce los detalles y dispuso de 35 jinetes y marcha a rescatar a Sanguily vivo o muerto o perecer en la demanda. Y seguidamente ordenó “¡Corneta, toque a degüello!”.

Ante el avance e ímpetu de las fuerzas cubanas, el sargento español derrumba a Sanguily de la montura de su caballo, le dispara y le inhabilitó la mano derecha.

En el momento en el que iban a rematarlo, fue ultimado por un oportuno machetazo.  Mientras al brigadier Sanguily lo sacaron las huestes mambisas del campo enemigo en la grupa de un caballo.

Los cubanos exactamente entraron por el frente de la columna española y salieron por el otro extremo con Sanguily. Tras de ellos quedó una diezmada y desmoralizada tropa. Le hicieron 11 bajas mortales y capturaron decenas de caballos, monturas, una tienda de campaña y una buena cantidad de proyectiles, revólveres y sables.

Agramonte velozmente con el coraje y la valentía que lo caracterizaba se alza sobre su caballo y ordena la última carga.

Agramonte, rescata a Sanguily. Lo abrazó y le dijo:

“Julio te dije que el día menos pensado ibas a caer en poder de los españoles, pero no creí que fuera tan pronto”.

Según algunos historiadores El mayor detalla así la acción del rescate:

“Salí con ellos logrando alcanzar al enemigo en la finca de Antonio Torres, cargué por la retaguardia el arma blanca y los nuestros sin vacilar ante el número ni ante la persistencia del enemigo, se arrojaron impetuosamente sobre él, lo derrotaron y recuperamos al Brigadier Sanguily y cinco prisioneros más. Nuestra persecución le siguió a larga distancia hasta dispersarle por completo. El enemigo dejó once cadáveres. (…)  ¡Mis soldados no pelearon como hombres: ¡Lucharon como fieras! “.

Esta acción bélica fue una inminente victoria de los mambises que pusieron a prueba una vez más la capacidad combativa de los insurrectos.

Este 8 de octubre del año 1871 se cumplen 153 años de que el Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz y 35 de sus mejores jinetes, realizaron una de las mayores proezas de la Guerra de los Diez Años, el rescate de Julio Sanguily.

 

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