
La agroindustria azucarera, escenario de históricas luchas por la justicia social, desde los tiempos de Jesús Menéndez; orgullo de familias y bateyes, elemento identitario de los cubanos, requiere de la acción transformadora, decidida e inmediata, de sus cuadros, trabajadores y de todo el pueblo.
No obstante las inmensas complejidades, la meta más próxima es cumplir el plan de producción de azúcar de la actual zafra. ¿Quién dijo que la Revolución sería fácil? Sin embargo, a todos los obstáculos, se ha impuesto la voluntad de vencer y la raíz proletaria y popular de nuestro proyecto social.
El Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, continuador del pensamiento y la obra de los líderes de la Revolución, ha depositado su confianza en los hombres y mujeres del sector, baluarte en la batalla económica que libra el país, ha expresado que “hay que desterrar la vieja y dañina mentalidad importadora y producir aquí todo lo que sea posible” ; llamado que precisa de más urgentes y decisivas acciones, ante la necesidad perentoria de obtener ingresos en divisas, para beneficio común.
Es imprescindible acometer en Granma una etapa de trabajo y esfuerzo especial, con el propósito de resarcir los atrasos en la producción de azúcar, lo que demanda intensas jornadas de labor, crecerse ante los obstáculos, desde las reales limitaciones de recursos materiales y adelantar cuanto sea posible, para evitar las afectaciones climatológicas.
Eliminemos las indisciplinas laborales y tecnológicas que ocurren en las unidades productoras de caña, el transporte y las fábricas, pertenecientes a las empresas agroindustriales azucareras de la provincia; elevemos al máximo la previsión y la responsabilidad para moler la caña fresca y estabilizar la molida diaria, por encima del 60 por ciento de la norma potencial.
Necesitamos evitar interrupciones y averías por mala operación y deficiente mantenimiento a la maquinaria, lo que genera pérdida de tiempo industrial, y se agrava por la lentitud para solucionar las roturas.
Es imprescindible la capacitación frente al puesto de trabajo, explicar y evaluar allí las normas, actividad que pueden realizar los técnicos en cada centro; aprovechar el corte manual e incrementar el cumplimiento de la tarea en el campo, comenzando el tiro de caña en la madrugada y la arrancada en el central en el horario de la mañana, de manera escalonada.
También, emplear la capacidad de los remolques en rotación cuando estén los camiones ponchados o rotos, incorporar a los pelotones de cosecha vehículos automotores arrendados y aumentar la fabricación y recuperación de piezas de repuesto.
Asimismo, organizar de inmediato los talleres para el intercambio de experiencias entre técnicos, trabajadores y jubilados; propiciar las evaluaciones integrales de la marcha de la zafra, que contribuyan a adoptar las mejores decisiones por la administración y los colectivos laborales.
El Partido, fuerza superior dirigente de la sociedad y del Estado, como refrenda la Constitución de la República, exigirá a los cuadros por los resultados e incumplimientos de las tareas; asimismo, los responsables rendirán cuenta por la quema de caña y otras deficiencias que lastran el proceso productivo.
Es la hora de impulsar, con consagración, entusiasmo y cabal sentido de la urgencia, la culminación de una zafra eficiente. También, la preparación de tierra; la siembra de caña, con la mirada puesta en el rescate y la generalización de los otroras altos rendimientos de varias de nuestras unidades productoras insignes, indispensable para asegurar las próximas campañas y salvar la agroindustria azucarera; ahí están las 93 medidas aprobadas por el Buró Político y el Consejo de Ministros, para asegurar el triunfo.
Este es un llamado a la conciencia y al combate decidido, a los trabajadores del sector cañero-azucarero, a sus dirigentes, a los granmenses, un pueblo que ha demostrado de lo que es capaz, y sabe colmar sus cañaverales. ¡Esta es la zafra del pueblo! ¡Por Granma, lo mejor! ¡Adelante!
Estamos seguros que los agroindustriales del sector azucarero granmense van a recuperar los volúmenes en la producción de manera paulatina y tendrán una campaña eficiente como nos tienen acostumbrados
Estoy seguro que los granmenses sabran proyectarse en una etapa de trabajo y esfuerzo especial, con el propósito de resarcir los atrasos en la producción de azúcar
Cuba necesita una zafra eficiente , sin interrupciones por roturas, por lo que se requiere de un personal técnico capacitado para disminuir todo lo que pueda interferir en el cumplimiento de su plan.
A desterrar la mentalidad importadora, llamado de nuestro Presidente Miguel Diaz Canel, se ha convertido en una premisa imprescindible para avanzar en nuestras producciones y confiados en el esfuerzo de los azucareros de seguro salvaremos el sector.