Patines de ensueño

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Por Beatriz Martínez Diéguez (Estudiante de Periodismo) | 20 febrero, 2023 |
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Son rápidos, expertos, esquivan cada uno de los obstáculos, realizan saltos, giros sin ni siquiera tropezar. La multitud se emociona, expectante, conmovidos por la perfección de sus pasos.

Son españoles y pertenecen al Club de Patinadores de Sevilla, llegaron para enseñar a patinar a todos los que lo deseen. Para ver a los dos hombres se llena la plaza de gente. Uno es un poco mayor, pero con demuestra destreza en cada paso que ejecuta, el otro es más joven, igual de ágil en sus desplazamientos.

Luego de un grandioso espectáculo llegó la hora de aprender sobre el arte del patinaje. El más canoso es el profesor que comenzó este sueño en España junto a su grupo de amigos y que ahora lo extiende por la zona montañosa de Buey Arriba.

Ansiosa por aprender me formo en la fila y recibo un par de patines con las correspondientes protecciones para manos, rodillas y codos. Mi vocecita interior no para de gritar por la emoción. Ya todos estamos preparados.

Sentados en el suelo, atentos a las indicaciones mi compañera me dice que es fácil, que eso es pan comido e intenta levantarse y ¡Catapún chimpún! De nalgas para el piso. Todos comienzan a reír incluyendo a la accidentada que no se puede levantar de la risa. Después de varios intentos ya todos estamos de pie dando pequeños pasos de principiantes.

Hay personas de todas las edades aprendiendo a patinar, desde un pequeño de cinco años hasta una señora de 40. La emoción es evidente, los ojos brillan, por toda la plaza se escuchan carcajadas. Entre todos vamos creando un lazo de amistad muy fuerte, ya no somos solo vecinos, ahora somos una familia de soñadores sobre patines.

Caerse es un motivo de risa, pero no por burla, sino porque se escucha a lo lejos el ¡Catapún Chimpún! de los profesores que se fue convirtiendo en el lema de los que caímos en el proceso.

De repente, comienza a sonar la Macarena, sin darnos cuenta estamos patinando y bailando al mismo tiempo. Aprendimos a patinar de la mejor manera, con arte y pasión.

Según Migue, el entrenador jefe, esta es una de sus mejores experiencias desde que se dedica a patinar, los guajiros le enseñamos que los patines y el baile crean un encanto único.

Hoy se cumplen seis años de aquel día que nos cambió la vida, dónde juntos, como una familia, creamos magia mientras montábamos aquellos patines de ensueño.

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  1. Patinar te cambia la vida, la mia en dos ocasiones , me dio trabajo ( patinadora carrefour muchos años) y en las clases conocí al que es hoy el Amor de mi vida… y muchos amigos por supuesto. Recomendable 100% .
    Gracias ..El mundo en patines el mundo mejor.