Cierra Granma 2018 con una tasa de mortalidad infantil sin precedentes en su historia

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Por María Valerino San Pedro | 3 enero, 2019 |
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FOTO/ Rafael Martínez Arias

Al computar una tasa de mortalidad infantil de 2,8 por cada mil nacidos vivos, sin precedentes en su historia, la provincia de Granma culminó el 2018 entre los tres mejores territorios de la nación en ese indicador de salud.
El formidable registro, por debajo de la media nacional, es de una singular trascendencia, pues se redujo considerablemente respecto a 2017 (4,72).

El resultado obtenido, que aventaja incluso a países desarrollados, a la reorganización de la Medicina Familiar iniciada en 2008, responde a la atención diferenciada a embarazadas y menores de un año, la consagración de médicos, enfermeras, genetistas, técnicos y otros trabajadores en el territorio granmense.

Los municipios de Cauto Cristo, Campechuela, Bartolomé Masó y Buey Arriba no reportaron mortalidad infantil, en tanto Niquero, Río Cauto, Yara, Guisa y Bayamo, en ese orden son los que reportan las más altas tasas.

El municipio de Manzanillo, con una tasa de mortalidad infantil de 0,7 es reconocido, por los descollantes esfuerzos y la labor mantenida durante 2018.

La mortalidad infantil, que incluye todas las defunciones en menores de un año entre los nacidos vivos durante 12 meses, es un indicador internacional que mide el estado de salud de la población, definido adicionalmente por la esperanza de vida.

El índice de recién nacidos con bajo peso es equivalente a 5,19 por ciento, aspecto que precisa en el año que recién comienza, prestar especial atención al embarazo en la adolescencia, los problemas nutricionales y la hipertensión en las gestantes, causas principales de tal resultado, superior a lo planificado.

El Doctor Ciro Estrada García, especialista de segundo grado en Cirugía Plástica y Caumatología, y director de Salud Pública en la provincia, al suministrar la información explicó que los restantes indicadores se comportaron en sentido general de forma favorable: muerte materna directa en 33,0, tasa de mortalidad preescolar en 1,76 por cada 10 mil habitantes; escolar en 2,42, en menores de cinco años 3,52 y la tasa de fetales en 11, 67.

Desde el triunfo de la Revolución se prodigaron ingentes esfuerzos en materia de salud pública, pero no es hasta 1970 que se crea el Programa Infantil, al cual se incorpora en 1984 el seguimiento a la madre embarazada, convirtiéndose entonces en Programa Materno- Infantil, algo solo posible en Cuba.

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