Un hornero en continua prueba de fuego (+fotos)

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Por Anaisis Hidalgo Rodríguez | 21 mayo, 2020 |
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FOTO/Rafael Martínez Arias

Sus historias, no son precisamente las de un bombero que rescata estoicamente a personas en peligro; están asociadas a salvar vidas, pero desde otro punto de vista: el sublime y sacrificado oficio de producir alimentos.

Dicho así, parece fácil, pero cuando a esto se le suma el déficit de combustible, y en consecuencia adaptar un horno petrolero para que trabaje con leña con tal de producir galletas; o potenciar la industria de conservas porque la harina siempre es un número “finito”, entonces usted coincidirá en que los trabajadores de la Empresa provincial integral de la industria alimenticia de Granma viven en una continua prueba de fuego.

Del esfuerzo por generar alimentos en el municipio Bartolomé Masó, en el corazón de la Sierra Maestra, nos comenta Dani Santiesteban Yaquis, hornero hace 17 años en la fábrica de galletas La nueva, en el Caney de las Mercedes, a seis kilómetros de la cabecera municipal.

FOTO/Rafael Martínez Arias

“Este es un trabajo duro. Cualquiera no hornea y aguanta ese calor, y si es cuando uno tiene que sacar brasas, ni hablar. Es difícil pero ya le cogí la vuelta. Saco una cuna y mientras la otra da la vuelta, traigo leña y saco la otra cuna, después meto leña al horno, y así sucesivamente. Le tengo medido el tiempo de cocción,  entre 10 y 15 minutos.”

Dani, con 35 años de edad, entrena su cuerpo de manera inconsciente como si fuera un atleta: camina innumerables kilómetros de un lugar a otro transportando la madera que debe engullir el horno; voltea y extrae los sartenes con galletas, y pedalea cuatro kilómetros de su casa a su centro laboral.

 

Su filosofía es que el trabajo no mata a nadie, en cambio, no tener qué comer, sí; por eso no se mide en esfuerzos para producir alimentos.

FOTO/Rafael Martínez Arias

La fábrica de galletas La nueva, fue pionera en elaborar galletas con un horno de leña  a raíz de la crisis energética coyuntural que vivió el país durante los meses de septiembre a diciembre de 2019.

FOTO/Rafael Martínez Arias

Produce diariamente 1,2 toneladas cuyo principal destino es el propio municipio; ante las medidas adoptadas por la máxima dirección del país ante el Coronavirus, incrementó sus volúmenes y aportó a Guisa, Buey Arriba y Yara los paquetes de 500 gramos comercializados en las bodegas por el valor de 10.00 pesos, en moneda nacional.

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