Aunque cayeron (3×4) ante los Cocodrilos de Matanzas, este viernes, los Alazanes de Granma no renuncian al propósito de agenciarse la tercera corona de la historia en los clásicos cubanos de béisbol.

De la manera menos esperada se decidió el quinto juego de la Gran final, cuando un lanzamiento escapado del relevista zurdo Miguel David Paradelo abrió las puertas del home al corredor sustituto Yoisnel Camejo, que entró con la cuarta carrera.

Como se presagiaba, resultó un encuentro cerrado de principio a fin; mientras dos de los mejores lanzadores cubanos de la actualidad: el zurdo Yoanni Yera y Lázaro Blanco, escenificaban otro duelo interesante, aunque salieron sin decisión.

Yera volvió a mostrarse un tirador difícil, pero en esta ocasión estuvo menos dominante frente la ofensiva granmense, antes de abandonar el montículo con el marcador igualado (3-3), después de ocho capítulos.

Blanco, por su parte, pudo recuperarse de un fatídico quinto acto, el que abrió concediendo boleto y luego admitió cinco indiscutibles, para las tres rayitas rivales, antes del desenlace.

De todas maneras, el espigado yarense no pasó del sexto; visiblemente cansado, el alto mando granmense trajo en el séptimo al apagafuegos Carlos Santana, a la postre, perdedor del desafío.

Al respecto, precisó el mentor de los Alazanes, Carlos Martí Santos, que tomó en cuenta, que sin su principal serpentinero arribar al centenar de lanzamientos, podría utilizarlo en un hipotético séptimo juego.

Aún así, el taponero manzanillero realizó una buena faena, pero comenzando el noveno toleró sencillo del receptor Andry Pérez, clave en el resultado. De hecho, el joven enmascarado fue el más destacado por la ofensiva matancera, con par de cohetes e igual cantidad de anotadas.

Asimismo, el encuentro deparó la victoria número 100 de su carrera para el derecho Noelvys Entenza, luego del escón que propinó en el noveno y dejó la escena lista para concretar el segundo éxito de su elenco en el cotejo.

Por los Alazanes, volvieron a destacar al bate los primos Roel y Raico Santos, junto al antesalista Osvaldo Abreu, todos con dos sencillos per cápita, aunque el camarero Carlos Benítez se erigió el más oportuno, con par de remolques, incluyendo indiscutible al jardín izquierdo para impulsar la del octavo, que igualó la pizarra.

Aunque los granmenses quedaron tendidos en el campo, siguen ofreciendo una de las mejores demostraciones, que recuerde la afición dentro y fuera de la provincia. Además, no debe olvidarse que enfrentan al equipo más completo de la campaña y al campeón exponente.

Con el match a su favor (3-2), Martí Santos y sus pupilos saldrán el domingo en busca del cuarto y último triunfo en la serie, con el zurdo Leandro Martínez encaramado en la lomita del parque espirituano José Antonio Huelga.