Camilo y sus hombres rumbo a Occidente, una página de heroicidad

Share Button
Por Yelandi Milanés Guardia | 21 agosto, 2024 |
0

Luego de un largo tiempo combatiendo en las lomas y en los llanos de la actual provincia de Granma, los últimos resultados positivos del Ejército Rebelde marcaban la necesidad de extender la guerra a toda Cuba.

Para cumplir este viejo anhelo de Fidel, era necesario escoger a un hombre capaz de llevar a cabo la importante y decisiva invasión de oriente a occidente.

El escogido para tan crucial y arriesgada misión fue Camilo Cienfuegos, cuya intrepidez y valentía lo convertían en uno de los más destacados oficiales del Ejército Rebelde, y en un hombre capacitado para reeditar la hazaña que en la Guerra del 95 protagonizaron Máximo Gómez y Antonio Maceo.

Por sus cualidades e idoneidad, el 18 de agosto de 1958 el Comandante en Jefe mediante una orden militar, le asignó al guerrillero del sombrero alón, la misión de conducir una columna hasta Pinar del Río, la más occidental de las provincias cubanas.

El 21 de agosto de 1958 ,partieron desde la Sierra Maestra- en el actual territorio de Bartolomé Masó- alrededor de 80 hombres bajo su mando.

La encomienda de la Columna No.2 era alcanzar el citado territorio e igualar la proeza del valeroso Lugarteniente general, por ello, la distinguía el nombre de Antonio Maceo.

Cuentan que el Señor de la Vanguardia se reservó las jaranas para hablar con solemnidad a sus soldados sobre la inmensa tarea que tenían por delante.

“No puedo fallarle a Fidel”, dicen que pensó por un momento debido al retraso de un día por motivo de las lluvias torrenciales y la crecida de los ríos.

El avance se realizó con escasos recursos y a través de afluentes crecidos, zonas cenagosas, de escasa población y acosados por las tropas enemigas.

La invasión se completó hasta La Habana, pues tras las constantes victorias del Ejército Rebelde en el centro de la Isla y la huida de Batista, Fidel ordenó al Héroe de Yaguajay ocupar el campamento militar de Columbia, porque en aquel momento había mucho en juego y altos jefes militares querían boicotear la victoria final.

El hombre de la sonrisa de pueblo con su tropa cumplió cabal y exitosamente la misión encomendada, escribiendo nuevas páginas de heroicidad en el libro dorado de la historia Patria.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *