El salón de partos es un área fría y estremecedora, aunque a la vez es el sitio donde recibimos la mayor de las alegrías, traer al mundo y cargar por primera vez a nuestros hijos.
Mi paso por ese lugar en tres ocasiones, por supuesto es inolvidable, pero la primera vez, hace 32 años, lo es mucho más.
Cuando estaba próxima a entrar en trabajo de parto, en la cama de al lado, pusieron una pequeña de sólo 12 años, con una inmensa “barriga”. Ella dio a luz a un varoncito.
Hoy, transcurridas poco más de tres décadas, me pregunto, cómo sería la educación de ese niño y cómo su madre se las arreglaría para comenzar al unísono a vivir el inicio de su juventud y adultez.
Actualmente, y desde el pasado año, Granma es la provincia cubana que mayor número de adolescentes embarazadas aporta, con el 13 y el 14 por ciento del total de captaciones de embarazo.
Por tal motivo especialistas del Programa de Atención Materno Infantil de la provincia desarrollan múltiples acciones para variar tal realidad, entre ellas, visitar escuelas urbanas y centros educacionales internos, para tratar sobre el tema, comentar sobre la valía del uso del preservativo y educar sobre el asunto.
Pero las cifras demuestran que aún no es suficiente, pues hasta inicios de abril, por ejemplo, las edades predominantes en gestantes adolescentes eran entre los 15 y los 18 años, con un total de 224 embarazadas; seguidas de 141 captaciones de 19 años, y entre 12 y 14 años, 13 captaciones.
Aunque en los municipios de Manzanillo y Media Luna son muy bajas las cifras de casos, Niquero y Río Cauto aportan, respectivamente el 36,4 y 25 por ciento de los embazaros en edades adolescentes.
En Granma, estudios realizados arrojan mayoritariamente causas multifactoriales para el hecho de que de manera precoz las muchachas queden encinta, como descender de familias disfuncionales, ser hijas de padres con trastornos de alcoholismo o de madres que a su vez se embarazaron a muy corta edad, además, de poca comunicación o confianza con los progenitores o tutores.
Abandonar la niñez antes de tiempo y tomar responsabilidades tan grandes a edades tan tempranas representa una violación de etapas que puede influir negativamente en la crianza y educación de sus vástagos.
Traer un hijo al mundo no es tarea sencilla, y el cuerpo de una adolescente no está preparado para ello, esa inmadurez fisiológica puede provocar un parto pretérmino, un niño bajo peso al nacer u otros trastornos que impiden un desenlace feliz y natural del embarazo, además de inconvenientes biológicos asociados a las malformaciones genéticas.
Lamentablemente en este período las relaciones de pareja suelen ser efímeras y el 90 por ciento de estas embarazadas culminan solas el proceso de gestación y se convierten en madres solteras, apareciendo frustraciones y trastornos depresivos.
Este no es solo un problema de los padres en el hogar, puede contribuir a evitarlo la sociedad en su conjunto, y específicamente las organizaciones de masas y la labor educativa en las escuelas.